Laporta conciliador, poco mordedor

Laporta, durante la presentación del 'Forensic'

Laporta, durante la presentación del 'Forensic' / Javi Ferrándiz

Danae Boronat

Danae Boronat

Tras apuntar que podían existir “presuntas corruptelas” en el mes de septiembre, Joan Laporta parecía dispuesto a depurar responsabilidades. Ahora, no quiere señalar, no da nombres y le pasa el muerto a la Fiscalía. “No somos policías ni jueces”, parece que se le olvida que es abogado.

Con la presentación del informe Forensic, ya todo el mundo sabe que Josep M. Bartomeu y sus aliados utilizaban un modus operandi que evitaba los controles estatutarios (asamblea), que hubo mala gestión en cuanto a la masa salarial deportiva de la que tenían que ser conscientes, que pagaron comisiones por encima de la legalidad e intentaron ocultarlo (casos Neymar y Malcom), que hubo simulación de contratos y un largo etcétera de irregularidades y que, en definitiva, han malbaratado el dinero ajeno por valor de como mínimo 30 millones de euros, según confirmó en directo y con la boca pequeña la responsable de la empresa contratada.

Si hubo delito, si alguien metió la mano en la caja como aseguró Rousaud lo determinará, si puede, la Fiscalía. Objetivo conseguido. Dar detalles de operaciones realizadas en los últimos años que en el mundo del fútbol masculino pueden ser habituales pero que han arruinado al club. La herencia es nefasta y a partir de ahora se actuará con total transparencia, promete el presidente. Si hay que pagar una prima desorbitada al padre, o al representante para conquistar a Haaland se hará y se explicará. Laporta puso el modo conciliador “no deseo el mal a nadie” y menos mordedor que se le recuerda en tiempo “no me importaría sentarme a hablar con Bartomeu” para anunciar que no habrá acción social de responsabilidad contra la anterior Junta porque judicializar el proceso es caro. Como si esto no se supiera de antemano, cuando dijo que si era necesario recurrirían a ella.

Con este panorama Xavi se conforma con los refuerzos de Adama y Aubameyang que en otra época harían salir del despacho cabizbajo a Laporta pero que el lunes le llevaron a alzar el puño con entusiasmo ante las cámaras. El ex del Arsenal no es mejor que Memphis y probablemente Adama tampoco mejore a Dembelé pero son dos herramientas más en el limitado ataque azulgrana.

El caso del mosquito se agria un poco más y ahora la papeleta es para Xavi, que lo utilizaría cuando lo necesitase si el club se lo permitiera. Si Dembelé tiene un pre acuerdo con otro club como dice Laporta para irse en verano, toca actuar con frialdad y no con intención de castigar. Estaría bien que el entrenador pudiera decidir qué es lo mejor para el equipo.