Laporta se cabrea con Laporta

Laporta, en la rueda de prensa de este viernes

Laporta, en la rueda de prensa de este viernes / Valentí Enrich

Joan Vehils

Joan Vehils

La cosa no pinta bien. Es verdad que no hay un euro en el club, pero este no fue el único problema de la salida de Messi. Un cúmulo de circunstancias propició el peor desenlace para el Barça, los culés y para el propio Laporta. Las causas son varias. El chantaje de Tebas; el inmovilismo de la plantilla con actitudes incomprensibles como la de Jordi Alba, que lloraba en la despedida de Leo, pero ha sido incapaz de bajarse un euro de su millonario sueldo; la dificultad del club de afrontar un nuevo contrato de 200 millones, aunque fuera en diferido; la presión de algunos de los nuevos directivos y del CEO del club, y la provocativa actitud del padre de Leo propició la bronca final entre el presidente, el vicepresidente Rafa Yuste y el padre del jugador. Cuentan que hubo algo más que gritos, acusaciones y reproches. El presidente, que se sentía presionado por todo lo contado pero que pensaba que había hecho todo lo que estaba a su alcance, explotó y, en una de esas ‘laportadas’ que algunos hemos vivido en alguna ocasión, decidió poner punto y final. 

Y cuando Laporta dice basta no hay vuelta atrás. De hecho, el propio presidente ordenó realizar un escueto comunicado anunciando el desenlace final mientras su jefa de gabinete, Manana Girgadze, enviaba un whatsApp a los miembros de la junta para informarles de la que les venía encima. En el propio club nadie sabía nada. El propio jueves 5 de agosto, a las 9.45 horas, mientras Laporta desayunaba en S’Agaró con algunos colegas de su junta directiva, dicen que las caras denotaban que algo malo podía ocurrir, desde el departamento de licencias y merchandising se mandaba un mail donde se anunciaba que ‘hoy o mañana sí que parece definitivo que Messi renovará, sería el momento de activar las acciones que tenemos contempladas. El lunes 9 en nuevo mail se justificaba el anterior aduciendo que en un correo interno les había comunicado que la renovación era inmediata. 

EL PEOR DÍA DE LAPORTA

El presidente quedó muy tocado tras la discusión con el padre de Leo. Sin embargo, Jorge no tardó ni un minuto en descolgar el teléfono, cerrar con el PSG y apuntarse una comisión que le permitirá vivir tranquilamente en su piso de Miami el resto de sus días. Ese fue un mal día para Laporta. Quizá el peor de sus dos etapas como presidente, me comenta un amigo suyo. Sin embargo, todavía lo pasó mucho peor el domingo día 8. A Laporta le duele mucho la actitud de Leo hacia su persona. Cree que no le han explicado la versión real de lo ocurrido y todavía no ha digerido el frío saludo que le propició Messi antes de la rueda de prensa y que no tuviera la valentía de mirarle a la cara. 

Por la tarde, mientras se disputaba el Gamper, estaba hundido, frustrado y cabreado. Muy cabreado. Es verdad que al día siguiente se fue a Ibiza, pero ni en la isla bonita se ha visto al verdadero Laporta. 

REACCIÓN DE LOS DIRECTIVOS

Como siempre ocurre en estos casos, los directivos suelen enterarse de las noticias importantes por la prensa y esto produce un cabreo tan considerable como comprensible. Algunos ya empiezan a cuestionar la política de comunicación del club y se sienten molestos del trato interno recibido. A todo esto, también están indignados con la actitud de la mayor parte de la plantilla respecto a no hacer ni un movimiento para rebajar su salario. A excepción de Piqué, Busquets, Sergi Roberto y los que ya negociaron su contrato a la baja, casi ningún futbolista más ha realizado el mínimo gesto.  

LA LIBERTAD DE LAPORTA

 Laporta es el mejor cuando tiene dinero y poder de decisión. En la anterior etapa así lo demostró. Tenía toda la complicidad de la plantilla a la que sabía tratar y premiar. Sin embargo, ahora todo es muy distinto. El club está en una situación económica más que delicada y Laporta no tiene la última palabra. Los avalistas miran por lo suyo y el CEO del club no se deja intimidar por el presidente. Veremos cómo progresa esta relación… A todo esto, Laporta es consciente de que no ha podido cumplir ninguna de sus promesas electorales y no lo lleva bien. Laporta no es libre, tiene poco margen de maniobra y está cabreado consigo mismo. El próximo lunes está prevista la presentación del equipo de balonmano. Veremos qué nos cuenta. La cosa pinta mal, pero Laporta es difícil de doblegar.