Koeman se queja... y con mucha razón

Koeman, en rueda de prensa

Koeman, en rueda de prensa / FCB

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Koeman es mucho más que un entrenador. Koeman es el héroe de Wembley. El hombre que le dio al Barça su primera Copa de Europa. Un miembro destacadísimo del Dream Team. Un discípulo aventajado de Johan Cruyff. Koeman no es Quique Setién. Ni Valverde. Ni siquiera Luis Enrique. Koeman es HISTORIA (sí, con mayúsculas) del Barça. Y como tal debería ser tratado. Y respetado. En las dos semanas que transcurrieron entre el final de la Liga (que el equipo, eso es verdad, perdió incomprensiblemente) y su ratificación como técnico, Koeman fue humillado públicamente por un Laporta que dudaba muchísimo del holandés. Denunciamos, entonces, ese desprecio del presidente hacia un entrenador que se sintió tremendamente dolido. Cuando había resucitado a un equipo que estaba muerto tras el 2-8 de la Champions ante el Bayern. Cuando asumió el papel de portavoz del club tras la dimisión de Bartomeu. Cuando siempre antepuso los intereses del Barça a los suyos propios. Cuando ganó una Copa de forma brillante... Es cierto que a los técnicos, al final, se les acaba juzgando por los resultados y por los títulos. Pero Koeman debería estar por encima de eso...

Este inicio de temporada, su segunda campaña en el banquillo blaugrana, tampoco está siendo nada fácil para Koeman. La salida de Messi, la falta de fichajes y, finalmente, el tener que asumir la gestión de una plantilla de hasta 32 jugadores son situaciones que no le ayudan. Al contrario. Por eso ayer explotó en la rueda de prensa previa al partido contra el Getafe. Y habló claro. Como hace siempre. Y se quejó amargamente de que el club no está a la altura de las circunstancias. De que ha sido incapaz de reforzar al equipo como lo han hecho los rivales. De que ni siquiera ha podido traspasar/ceder/despedir a los futbolistas que él no quiere en el vestuario. Koeman, por supuesto, entiende la grave crisis económica que está atravesando el Barça. Pero no comprende ese inmovilismo que le hace mucho más difícil su ya de por si complicado trabajo. Por eso Koeman se queja. Y con mucha razón...