Koeman se pone duro, como quiere Laporta

Laporta le reprochó a Koeman, en las complejas conversaciones que mantuvieron en junio para analizar la continuidad del entrenador, que el equipo se había desplomado en la recta final de la Liga. El presidente estaba terriblemente enfadado por haber perdido el título de forma incomprensible. El Barça tenía la oportunidad de conquistar un doblete histórico en una temporada que estaba llamada a ser de transición, pero los errores del equipo en las últimas jornadas lo hicieron imposible. Laporta le dijo a Koeman que este tipo de desconexiones no eran aceptables. Y, públicamente, elevó el nivel de exigencia: “Se ha acabado eso de si se pierde no pasa nada. Sí que pasa... Ahora, perder tiene consecuencias”. El presidente llegó a anunciar un fin de ciclo que comportaría una revolución en el vestuario. Pero la dramática realidad económica del club le ha obligado a ser mucho más conservador con los cambios en la plantilla. De todas formas, Laporta tiene claro que no va a permitir el menor atisbo de falta de compromiso o de intensidad.

Por eso Koeman, recogiendo el contundente mandato de Laporta, ha decidido apretar las tuercas ya en este inicio de pretemporada. El mensaje que ha enviado a los jugadores es claro y rotundo: se han acabado los errores individuales y colectivos que tanto penalizaron al equipo la campaña pasada. Máxima concentración y máxima implicación. Desde el minuto 1 hasta el minuto 90. Y en todos y cada uno de los partidos que se disputen. Sea quien sea el rival. Sea cual sea la competición. Hay que salir a ganarlo todo. El técnico holandés será mucho más exigente, consciente de que su futuro también está en juego. Salvó la cabeza en la prórroga básicamente porque Laporta no le encontró un sustituto. Y ahora está obligado a sacarle el máximo rendimiento a la plantilla para continuar en el cargo. Sabe que será examinado con lupa por el presidente. Por cómo juegue el equipo y por los resultados que se obtengan. Ya no vale todo...