Koeman se merece un proyecto a largo plazo

Koeman es el mejor entrenador que puede tener el Barça en estos momentos. Más allá de consideraciones técnicas o planteamientos tácticos, la principal aportación del holandés está siendo la recuperación psicológica de un equipo que hace siete meses estaba hundido. La imagen del Barça, luchando hasta el último segundo para lograr un triunfo decisivo ante el Valladolid, define perfectamente el cambio que ha provocado Koeman. Ambición y compromiso en una plantilla que ha superado sus miedos y ha ido creciendo al ritmo de las victorias. La impresionante racha en la Liga (51 puntos de 57) desde la última derrota (5 de diciembre, en Cádiz) tiene su prolongación en la Copa, competición en la que el Barça jugará la final el próximo día 17 ante el Athletic. La posibilidad real de un doblete es el mejor reflejo del trabajo que ha hecho Koeman. Ha recuperado jugadores (Dembélé), ha apostado por los jóvenes (Pedri, Mingueza, Dest, Araujo, Ilaix... a la espera de Ansu) y ha involucrado a Messi (que en agosto pidió irse, harto de Bartomeu) en el proyecto. El único lunar ha sido, otra vez, la Champions. La eliminación ante el PSG evidencia que este verano hay que hacer fichajes que mejoren algunas posiciones y, sobre todo, hay que incorporar un gran goleador (Haaland, Lautaro o Harry Kane). 

Koeman, pase lo que pase a final de temporada, se ha ganado el derecho a seguir, como mínimo, un año más. Laporta le ha renovado su confianza pública y privadamente. Porque sabe que el técnico holandés ha conseguido el respeto de un vestuario tan complejo como el blaugrana. Aplicando, básicamente, el sentido común. Y haciendo jugar siempre a los que están en mejor forma. Ya avisó de sus intenciones cuando asumió el cargo en el mes de agosto: aplicaría la meritocracia a rajatabla. Y así ha sido. Su gestión le hace merecedor, sin duda, de poder dirigir un proyecto a largo plazo. Más allá, incluso, de su actual contrato... Porque Koeman ha sentado las bases de lo que tiene que ser el Barça del futuro.