Los jugadores fueron más autocríticos que Xavi

Xavi, meditando ayer durante el entrenamiento previo a recibir al Inter

Xavi, meditando ayer durante el entrenamiento previo a recibir al Inter / JAVI FERRÁNDIZ

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Hay que decirlo fuerte y alto de entrada para que nadie se lleve a engaño. Europa le va grande al Barça de Xavi. No es una crítica, es una verdad incuestionable. De la misma manera que en la Liga son líderes, solo ha ganado uno de los últimos seis partidos de Champions como entrenador. Mal que nos pese, han caído a la segunda división europea. Dos eliminaciones consecutivas en primera fase hacen mucho daño a nivel económico y sobre todo de imagen. Es un fracaso aunque se quiera llamar decepción. No hay que dramatizar, pero si toca analizar los errores y mejorar, tanto en el campo como en el banquillo.

Un mal resultado, por doloroso que sea, no puede llevar a tomar ninguna decisión que no sea ratificar la confianza, sin embargo, hay que reconocer que a nivel de afición la credibilidad de Xavi ha quedado tocada. Tres factores han llevado al Barça ha quedarse virtualmente fuera de Champions en el primer mes de competición internacional. 1) El equipo está en construcción, necesita tiempo para alcanzar el potencial deseado. 2) Al entrenador le falta experiencia y estrategia en los partidos importantes. Los partidos duran noventa minutos y de nada sirve jugar bien media parte. 3) Las bajas de Araujo y Kounde se han pagado muy caras.

Otra cosa donde debe mejorar Xavi es en sus explicaciones post partido. Una debacle como la del miércoles no se puede justificar solo por los fallos personales. Aunque es evidente que Pique y Busquets quedaron retratados, sus errores fueron consecuencia de un sistema defensivo que dejó demasiados espacios a un Inter acostumbrado a jugar al contraataque. La Champions es difícil y exigente, pero no tiene nada de cruel. Cruel es descomponerse a raíz del primer gol en contra y entrar en un desbarajuste táctico que duró cuarenta minutos sin saber poner remedio desde el banquillo.

Los propios jugadores barcelonistas reconocieron el bajón de la segunda parte con declaraciones que sintonizan mas con lo que pasó en el campo que con la versión del entrenador. Busquets no lo pudo decir mas claro: “Cada vez que nos hacen un gol parece que es un caos.” Eric Garcia también fue sincero: “Mucho descontrol, en quince minutos nos han matado.” Lewandowski puso el dedo en la llaga cuando reconoció: “Teníamos tantas ganas de marcar que nos olvidamos de la defensa.” Tres versiones autocríticas que deben obligar a meditar a Xavi.

La suerte que tiene el Barça es que después de un golpe tan duro, a los cuatro días tiene la oportunidad de levantarse y tomarse la revancha. El clásico de esta tarde en el Bernabeu es una magnífica oportunidad para demostrar que el equipo es serio candidato al título de Liga. Es hora de sacar el orgullo, el coraje y la fuerza moral para conseguir una victoria que permita recuperar la confianza en el equipo de Xavi.