Un impás peligroso para el Barça

Josep Maria Bartomeu quiso tener un sentido aparte con el mundo peñístico en su despedida

Josep Maria Bartomeu quiso tener un sentido aparte con el mundo peñístico en su despedida / EFE

Albert Masnou

Albert Masnou

Una zancadilla de la Generalitat.  La Generalitat de Catalunya ratificó por carta que “no había impedimentos jurídicos ni sanitarios” para celebrar el voto de censura y rápidamente cambió de opinión cuando tuvo a Bartomeu fuera de combate. En menos de 24 horas de esta respuesta a la directiva del Barcelona, la Generalitat tomó la decisión de aplicar más medidas restrictivas a la población que iban en contra de la viabilidad de unas votaciones, con las implicaciones a nivel organizativo.

No podemos ir al restaurante, al bar o al gimnasio ni cambiar de municipio pero sí se podían juntar mañana 50.000 personas para ir a votar en los alrededores del Camp Nou. Es incongruente, un timo en toda regla. Y no porque implique la salida de Bartomeu, cuyo final estaba cantado, sino porque deja al club sin mando, de la mano de Dios, durante mucho tiempo. La junta gestora, con margen de acción limitado, deberá manejar un trasatlántico que atraviesa por una tempestad como es el covid. La Generalitat actuó según sus intereses partidistas, sin pensar en las consecuencias que puede tener para el club que, durante varios meses, queda como un velero a la intemperie.

Y no solo es cuestión de la Generalitat. Una moción de censura debería ser algo ocasional, dentro de una gravedad extrema y resulta que el FC Barcelona ya lleva cuatro en los últimos 23 años, una cada seis años que supone una por mandato. Sería entendible si el club fuera a la deriva pero resulta que han sido los años en los que la entidad más ha crecido, que más ha ganado. El querer quemarlo todo no siempre es la mejor solución. Y lo sufrió Núñez, Laporta y Bartomeu pero sobre todo lo sufrió el Barça. Ahora, lo ideal sería que las elecciones fueran cuanto antes para que el nuevo presidente retomara las riendas del club, con la mirada a corto y a largo plazo, para que el Barça no sufra un parón que puede acabar siendo muy perjudicial, con daños difícilmente reparables.