Hay vida más allá de Messi

Messi sonríe en el entrenamiento del PSG

Messi sonríe en el entrenamiento del PSG / PSG

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

La vida se entiende mirando atrás, pero solo hay futuro mirando adelante. Es lo que toca. Pasar página de Messi. Fue bonito mientras duro pero nadie es eterno ni imprescindible. Más que lamentar la marcha del crack argentino, tenemos que felicitarnos por el privilegio de haberlo disfrutado tantos años. Hay que pensar en positivo, la vida es demasiado corta para perder el tiempo con especulaciones perversas que a nada conducen. No tenemos que ser esclavos de nuestros prejuicios, la historia demuestra que las crisis traen cambios y progreso.

Hay que decirlo fuerte y alto. Hay vida más allá de Messi si todos asumen sus responsabilidad, desde el vestuario a la presidencia. No hay que temer a la competencia, el único peligro es la propia incompetencia. Messi fue grande porque para brillar no necesito apagar la luz de los demás. Ahora sus ex compañeros tienen todo el foco para ellos y la obligación de dar un paso al frente, demostrar que son mejores de lo que parecían. El equipo necesita actitud, ilusión y coraje para creer en sí mismo. Es necesario cambiar el chip, pensar en la fuerza del bloque por encima de las individualidades.

Hay un proverbio chino que encaja perfectamente con la situación de Koeman: Haz lo que puedas, con lo que tengas y allá donde estés. Llegó al Barça coincidiendo con el burofax de Messi y ha cumplido el primer año en el banquillo con la inesperada marcha del crack. Hay que elogiar su comportamiento y seriedad. Las ha pasado de todos los colores pero nunca ha perdido los papeles. Su trabajo con los jóvenes está dejando un legado, sus declaraciones siempre son constructivas. Ahora tiene el reto más apasionante de su vida, construir un equipo sin Messi capaz de volver a ganar títulos. En tiempos de turbulencia, los inteligentes buscan soluciones, los mediocres buscan excusas.

Laporta ha sobrevivido con dignidad a la decisión más difícil de su vida, tener que decir a Messi que no podía continuar en el Barça. Era un encargo envenenado, una bomba de relojería. Pero analizando la descomunal deuda y la normativa de la Liga, no había otra salida. Superado el shock del momento, las cosas vuelven a su sitio. La dirección deportiva diseña un Barça sin Messi que permita luchar por la Liga. Los jugadores tienen que tenerlo claro, como más duro trabajen, mas suerte tendrán. Es la ley del máximo esfuerzo, pocas veces falla.

Hay vida más allá de Messi si impera el rigor y la profesionalidad. La ventaja es que hay margen de mejora. En la plantilla del Barça hay demasiados tapados, jugadores que no han demostrado su valía ni su coste, que vivían acomodados a la sombra de Leo. Es el caso de Griezmann, no se pagaron 135 millones por un correcaminos. Lo mismo vale para Coutinho, el fichaje más caro de la historia.

Ansu Fati y Dembélé, cuando se recuperen, tienen que marcar la mitad de los goles que hacía el argentino. De Jong debe dar un salto cualitativo. Piqué tiene inteligencia para ser líder. La plantilla sin Messi tiene que demostrar que puede ser mejor del rendimiento que dieron con Messi. Es el momento de demostrar su auténtico potencial.