¿Hacia dónde se dirige el Real Madrid?

Isco se encaró e insultó a la afición madridista

Isco se encaró e insultó a la afición madridista / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

Es cierto que el Real Madrid no se jugaba nada contra el CSKA, pero en la vida y en el fútbol hay que guardar las formas. Perder por 0-3 en casa contra un equipo de medio pelo, que podrá contar que le ha ganado a los blancos 6 de los 6 puntos posibles de esta liguilla, es algo más que una humillación. Es, por encima de todo, un síntoma de la enfermedad que padece el conjunto blanco, y que tiene manifestaciones cada vez más escandalosas: esta temporada, El Real Madrid pierde uno de cada tres partidos que disputa, sus victorias a penas suman un 50%, encaja 1,2 goles por partido y su media goleadora ni siquiera llega a los dos por encuentro (1,96). 

La guinda es que en hasta seis partidos esta temporada el conjunto blanco se ha quedado sin marcar, algo que habla de su torturada relación con el gol desde que se marchó Cristiano.  Y es que parece que el Madrid, llegados a Navidad, vuelve a fiarlo todo a la Champions, como el que se juega toda su fortuna a la roja. La Champions, ciertamente, es lo que más se parece al azar y lo que menos mide el estado real de un equipo. Sin duda, la competición europea es la asignatura que mejor domina el Madrid, básicamente porque es la ideal para los estudiantes vagos: basta con estudiar un ratito y que te sonría la fortuna para poder conquistarla. Sin embargo, este año el equipo blanco no tiene ni a Cristiano ni a Zidane, el goleador y el entrenador que le llevaron a lo más alto por tres veces seguidas. Pensar que sin ellos, y sin ningún sustituto de garantías, puede seguir repitiéndose la historia es encomendarse definitivamente a los brazos de la diosa fortuna. La entidad blanca parece presa de una creciente incertidumbre, y no se ve ningún plan más allá del siguiente partido. ¿Hacia dónde se dirige el Real Madrid? La respuesta a esta pregunta es cada vez más complicada.