El gran negocio de la camiseta

El Barça presenta su tercera equipación para esta temporada

El Barça presenta su tercera equipación para esta temporada / FCB

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

La camiseta del Barça hace ya mucho tiempo que ha dejado de ser un sentimiento para convertirse en un negocio. Un gran negocio global. Como casi todo en el mundo del fútbol. Desgraciadamente. Comprar la nueva camiseta de la Champions, absolutamente rompedora y que tiene muy poco que ver con la tradicional zamarra blaugrana, cuesta 155 euros en la tienda oficial del club. Si se desea poner en la espalda el nombre de un jugador, 15 euros más. Total 170 euros. Una quinta parte del salario mínimo interprofesional en España (950 euros). O sea, una fortuna. Eso sí, la camiseta de la Liga es un poco más barata: 160 euros. Y la infantil está ‘regalada’: 100 euros la de la Champions y 85 la de la Liga. Lo dicho, un negocio.

No hay cifras oficiales de lo que el Barça gana cada año con la venta de camisetas. Es una información confidencial que forma parte del acuerdo entre el club y Nike. Pero las estimaciones más aproximadas aseguran que los ingresos por este concepto podrían situarse en torno a los 45 o 50 millones de euros anuales. De los cuales, por cierto, un 80 por ciento eran generados por la camiseta que hasta hace solo un mes lucía Messi. De cada 10 camisetas del Barça que se han vendido en los últimos años por todo el planeta, 8 eran con el dorsal 10 del crack argentino...

Hoy, en SPORT, descubrimos en exclusiva la que será la camiseta de la temporada 2022-23. La primera diseñada bajo el segundo mandato de Laporta como presidente del Barça. Vuelve a ser una equipación especial, particular, singular, que se aparta de la imagen tradicional. Como la de la actual campaña. Una peculiaridad que ya se ha convertido en costumbre. Forma parte de la estrategia de marketing: hacer camisetas muy diferentes que primero generen controversia entre el público pero que acaben gustando mucho a los aficionados.

Cada año una camiseta nueva aprovechando las posibilidades que ofrecen los colores blaugranas (primera, segunda, tercera y hasta cuarta equipación, además de las de entrenamiento o paseo). Nada que ver, por supuesto, con el blanco inmaculado (y aburrido) del Madrid que hace imposible diseños arriesgados. La imagen de la equipación de la temporada 2022-23 sorprende mucho. Por su innovación y por su relación con Barcelona’92, ahora que están a punto de cumplirse 30 años de los mejores Juegos Olímpicos de la historia. Un buen homenaje.