El gol más decisivo de Giuly tras 'Messis' de sufrimiento

La espectacular irrupción de Messi, la efectividad de Larsson y alguna lesión mermaron el protagonismo de Giuly, pero el martes en Milán demostró que puede seguir siendo importante para el equipo. Esperó su oportunidad sin rechistar y, si la temporada pasada cumplió cuando dijo que marcaría más diez goles, en San Siro volvió a cumplir cuando le pidió 20 minutos más a Rijkaard para lograr un gol que puede valer una final de la Champions. Lo ha pasado mal y el peor día cuando Rijkaard lo dejó en el banquillo del Bernabéu y apostó por Messi. Se hundió y tardó quince días en rehacerse del golpe moral, pero se levantó y, cuando le tocó entrar, trató de seguir siendo igual de importante que la temporada pasada en la que marcó doce goles; este año, jugando mucho menos, ya lleva ocho. Ahora no se plantea irse y desde que supo, porque él lo sabe, que vendrá Henry, prefiere seguir en el Barça junto a su amigo Thierry al que se puede encontrar en la final de París, gracias a su golazo y a que cada vez sintoniza más con Ronaldinho del que un día dijo que "es tan bueno que a veces no le entiendo, me pone balones que no espero", menos mal que el de Milán sí lo atrapó y sirvió para lograr un gran resultado y a él para resurgir a lo grande tras un año eclipsado por Messi.