El fútbol, un rayo de esperanza

Messi y Marcelo en el clásico del fútbol español

Messi y Marcelo en el clásico del fútbol español / sport

Lluís Mascaró

En esta batalla contra el coronavirus en la que está inmersa la humanidad, hay momentos de auténtico desasosiego. Las cifras de contagiados y fallecidos siguen aumentando y es difícil atisbar el final de la pandemia. Resulta complejo huir de la desesperanza. Por mucho que nos esforcemos en dar esquinazo a la tristeza, hay días que se antojan extremadamente duros.

Vamos camino de la sexta semana de confinamiento y la desescalada del estado de alarma todavía está lejos. Muy lejos. Demasiados lejos. Por eso, necesitamos, todos, noticias positivas, aunque sean pequeñas, para reforzarnos moralmente. Encerrados como estamos en casa, sin poder ver a nuestros familiares y amigos, pudiendo salir solo para ir a comprar al supermercado y a la farmacia, y volcados en el teletrabajo, hay que buscar motivos para pensar que algún día regresará la normalidad. Tal vez no como la entendíamos hasta ahora. Será, posiblemente, una nueva normalidad. Que al menos nos permitirá volver a sonreir... aunque sea a través de una mascarilla.

Y en este lento regreso a la normalidad está también el fútbol, que formaba parte de nuestras vidas de una forma absoluta hasta que, de golpe y porrrazo, desapareció dejándonos huérfanos. Las predicciones más optimistas auguran un regreso de las competiciones a finales de junio/principios de julio. Con el agosto reservado para la Champions. Pero siempre a puerta cerrada.

De hecho, los epidemiólogos aconsejan que los estadios sigan cerrados a los espectadores hasta finales de año. La apertura, además, deberá hacerse con aforos muy reducidos (una tercera parte) y con fuertes medidas de seguridad sanitaria... No será lo mismo, pero al menos habrá fútbol. Que algo es algo...