Cuando Florentino se sienta en el sofá de casa

Florentino Pérez, presidente del Madrid

Florentino Pérez, presidente del Madrid / sport

Albert Masnou

Albert Masnou

Aparece tan poco Florentino Pérez en escena que aún genera más la sensación de ser un poder en la sombra. Cuando lo hace, incluso sorprende. Ocurrió ayer con motivo de la asamblea de compromisarios del Real Madrid para aprobar las cuentas de su club y de presentar el presupuesto de la próxima temporada. Las miserias del Madrid son las mismas que la mayoría de todos los clubs de la élite. Una pérdida de 13% del ingresos por culpa del Covid (14% para el Barcelona) y un presupuesto de 617 millones para la temporada 20/21 (828 para el Barcelona). 

El Madrid no es una excepción en nada de lo que le pasa al Barça. Son casi dos fotocopias. Está al mismo nivel, con la salvedad de que sus decisiones siempre son posteriores a la del Barça.  Y esto provoca que los principales palos se lo lleve el Barcelona. Pero el Madrid, por ejemplo, aún hoy está negociando una rebaja salarial (sin aplazamiento como hace el Barça) del salario de los jugadores del equipo. El Barça ya tiene los deberes hechos en este sentido. Florentino todavía está en ello. Bartomeu también negoció antes que nadie una rebaja salarial en primavera y se tuvo que escuchar de todo por ello. El Real Madrid solo se esconde tras el Barça.

A todo esto, Florentino Pérez salió para defender la misma teoría de Bartomeu de la necesidad de establecer una Superliga y...ojo al dato: ¡Para criticar todo lo que rodea al VAR sin quejarse ni un segundo de los árbitros! Denunció un mal trato por parte de las cadenas de televisión y de los comentaristas. No le debe gustar a Florentino escuchar que la pasada liga la ganó gracias al VAR, pues los regalos que recibió fueron constantes en las jornadas posteriores a la primera ola de covid. A Florentino no le gusta que le quiten mérito a su título y por ello alzó la voz pero, eso sí, no mencionó en ningún momento a los colegiados que, con su decisiones, le pusieron en bandeja un título que no merecía.