El extraño caso Coutinho

Coutinho

Coutinho / David Ramírez

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Con la Liga ganada y a falta de rematar otra temporada histórica con la final de Copa y, sobre todo y por encima de todo, el título de campeón de la Champions, no hay más preocupación en el Barça que el rendimiento de Coutinho. Valverde le ha dado todas las oportunidades del mundo pero empieza a estar claro que en este momento de la verdad, el momento de ganar los títulos, no se la va a jugar con la incertidumbre que representa el brasileño y optará, ya ha optado, por ejemplo en el campo del Betis, con otras alternativas más seguras, como la de Arturo Vidal.

Así las cosas, Coutinho no rinde y baja de cotización. Es hora de tomar una decisión. Hay una máxima en el mundo empresarial que reza así: si tienes que hacer un mal negocio, cuanto antes, mejor. Podríamos estar en esta tesitura.

La cuestión es que nadie esperaba que el fichaje de Coutinho tomara estos derroteros. Hay un argumento que aconsejaba su contratación casi que sin ninguna duda. Miren, es sabido que los jugadores brasileños necesitan un periodo de adaptación antes de llegar a la élite europea. Son dos estilos de juego diferentes y, no solo eso, también dos sociedades y culturas distintas que les condicionan en lo personal. El Barça lo tuvo en cuenta y parecía ir sobre seguro, como hizo, nada más y nada menos, con Romario, Ronaldo y Ronaldinho. El primero salió de Brasil con 22 años y se pasó cinco temporadas en el PSV holandés antes de llegar al Camp Nou.

erasmus

Ronaldo pasó por la misma suerte de Erasmus holandés, también en Eindhoven, de los 18 a los 20 años, y Ronaldinho se fogueó en el PSG de los 21 a los 23. Fueron tres casos de éxito, así que analizando el curriculum de Coutinho no había demasiado margen para la equivocación. No en vano, está desde los 18 años en el fútbol europeo (llegó al Barça con 25) y jugó en el Inter, fugazmente en el Espanyol y cinco temporadas, ¡cinco!, en el Liverpool. Se supone que su proceso de adaptación estaba más que acreditado con 207 partidos entre Italia, España e Inglaterra, que fichaba con una mayor madurez que la triple R que le precedió, e incluso se adelantó media temporada su fichaje para que este año la rompiera... Pero no. Nadie lo entiende, es un caso extraño, dicen...

Llegados a este punto, hay que preguntarse qué ha pasado, porqué no encaja Coutinho en el estilo Barça. Gran parte de las explicaciones apuntan a la falta de carácter, a que le cuesta sobreponerse a las adversidades, a que se bloquea cuando no le salen las cosas. Puede ser, aunque conocer la personalidad de un jugador por el que te vas a gastar 160 millones también entra en la obligación de los que deciden. Menos defensores tienen las razones futbolísticas. Y, sin embargo, esto es fútbol y forzosamente este componente tiene que pesar tanto o más que el del carácter. Este Barça es mucho Barça y su estilo, por original y casi exclusivo, es de más difícil adaptación.

modelo

No se puede discutir la calidad de Coutinho, pero sí sus condiciones para encajar en el modelo. Philippe no es extremo rápido y desequilibrante como para ocupar el vacío que dejó Neymar ni tiene la excelencia ni el ADN Barça en la cabeza como para hacer de Iniesta. En ambas comparaciones siempre saldrá perdiendo. Coutinho es media punta, pero resulta que en su zona de encaje juega un señor que se llama Leo Messi.

El brasileño no ha encontrado su sitio en el campo, incluso en algunas ocasiones se ha podido detectar que se estorbaba con Leo. Este es su drama. Y la demostración es que Arthur Melo, que sí tiene las condiciones que exige el estilo Barca, se ha adaptado en media hora y sin pasar por ningún equipo europeo. 22 años, directo del Gremio y a jugar de Xavi... ¡casi nada! Veremos cómo evoluciona el caso Coutinho, que puede que sea extraño, pero que, si lo analizamos detenidamente, seguro que no lo es tanto. Y si el Barça hace hincapié en que es un grandísimo futbolista para la mayoría de equipos, aunque no para el estilo Barça, puede que aún lo venda a un precio razonable.