Esperando (o no) a Umtiti

Samuel Umtiti jugó en las giras y el Gamper, pero después se lesionó; ahora está a punto de volver

Samuel Umtiti jugó en las giras y el Gamper, pero después se lesionó; ahora está a punto de volver / DAVID RAMÍREZ

Jordi Costa

Jordi Costa

Si todo va según los plazos más optimistas previstos por los servicios médicos del Barça, Umtiti recibirá el alta para viajar a Eibar cinco semanas después de regresar de Francia con una fisura en un pie. Así lo confirma el hecho de que el francés ya se esté entrenando esta semana, pero lo que está por ver es a qué nivel puede volver. Una incógnita nada menor a tenor de la planificación de la plantilla.

La prestación de Todibo en el Barça-Sevilla, su primer partido serio desde que aterrizó en can Barça hace diez meses, confirmó un potencial físico ideal para ejercer como central, a la vez que delató lagunas de marcaje comprensibles en un chaval de 19 años sin experiencia en el primer nivel. De hecho, parece más formado en el oficio de zaguero Araujo -que sustituyó al francés cuando los calambres le apartaron del partido- que el propio Todibo, aunque en la apuesta jerárquica del club uno esté en el primer equipo y el uruguayo juegue en el filial.

Es el propio Valverde quien habla en clave de futuro a medio plazo cuando se le pregunta por Todibo, dando a entender que el francés tiene hoy nivel para ser el cuarto central de la plantilla, pero no todavía para ser el tercero y entrar a menudo en la rotación. Y ahí es donde aparece Umtiti, sin cuyo concurso el Barça tiene un problema gordo.

Valverde ha tirado del dúo Piqué-Lenglet hasta que las sanciones se lo han impedido. La cuestión es que parece difícil pensar en una titularidad de Umtiti a corto plazo, cuando no ha disputado ni un minuto oficial con el Barça esta temporada. En realidad, su pesadilla con las lesiones viene de más de un año atrás, cuando tuvo que parar por sus problemas -en teoría aparcados pero quién sabe si resueltos- en el cartílago de la rodilla. Desde entonces, solo ha participado en ocho de los 62 partidos oficiales que ha disputado el Barça, nunca dos consecutivos y, en el tramo final del curso pasado, ya solo fue utilizado en partidos irrelevantes.

Siendo Valverde un animal de costumbres, especialmente con los centrales, se hace difícil vislumbrar cuándo va a tener Umtiti los minutos que necesita para recuperar el ritmo de competición que le permita asemejarse a aquel central campeón del mundo y codiciado por todo el mundo. Más allá de rezar porque Piqué y Lenglet no se resfríen, convendría también un milagro con el físico de Umtiti. Porque, sin él, el Barça no solo se va acordar del fichaje frustrado de De Ligt, sino que puede que eche de menos incluso a Murillo.