Eric Garcia no tiene que ser un 'bad boy'

Eric Garcia corta un balón en el Levante - Barça

Eric Garcia corta un balón en el Levante - Barça / EFE

Jordi Gil

Jordi Gil

Eric Garcia dio una lección de intensidad y pundonor ante el Levante. Fue el único que aguantó el tipo en la primera parte y, más tarde, la desgracia de unas manos involuntarias le penalizaron para que el partido no fuera perfecto. Una anécdota en realidad porque la actuación de Eric fue una demostración de que tiene todas las virtudes para triunfar en el Barça. El sambenito que le persigue de ser blando o carecer de agresividad quedó nuevamente desmentido. De carecer de ese supuesto carácter fuerte, no habría peleado un balón hasta la línea para evitar un gol levantinista. Estuvo ágil en la anticipación y apagó más de un incendio defensivo en fases de desbarajuste colectivo.

Tópicos añejos

La vieja escuela dice que un futbolista y, en especial un defensa, debe tener siempre un punto de maldad. Ser un ‘bad boy’ para intimidar a los rivales. Eric es noble y un tipo que se gana a a la gente fuera del campo por su educación y buenas maneras. La corrección no está reñida con ser un extraordinario defensa. Eric ha crecido con los valores de La Masia y no se sale de guión que, por cierto, no le ha ido nada mal. Con 21 años es importante en el Barça y en la Roja. Eso sin cumplir los teóricos cánones que se esperan de un central zafio.

Eric va a la disputa, a los duelos, con el balón entre ceja y ceja, y no necesita artimañas. Las faltas son el último recurso. Puyol se convirtió en un maestro en defender sin cometer infracciones. El de Martorell tiene otro estilo, pero a su edad ha mostrado una personalidad y un blindaje a las críticas fáciles que, por su buena mentalidad, no le han influido para nada.