El equipo se atasca y Xavi no reacciona

Xavi Hernández, en el banquillo del Santiago Bernabéu

Xavi Hernández, en el banquillo del Santiago Bernabéu

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Una vez más se puso de manifiesto que este Barça no está al nivel de los equipos grandes. Después del fiasco ante el Inter, el Clásico tenía que ser el encuentro perfecto para reaccionar, dar un golpe de timón y rearmarse con una victoria que hiciera volar al equipo en la Liga. Pero nuevamente el Barça se estrelló contra sus propias debilidades. Una defensa muy blanda, un centro del campo descompensado y casi siempre en inferioridad ante los rivales poderosos y un ataque en el que si no hay conexión con Lewandowski, es muy difícil marcar un gol. Con todo, lo más grave es que llueve sobre mojado y Xavi no sabe cómo desatascar al equipo. Ayer lo intentó reafirmando su confianza en la esencia de su estilo, eso que llamamos ADN. Gavi, fuera y De Jong, dentro. Menos físico y más toque. No salió bien. Como tampoco salió bien la solución Sergi Roberto, que incomprensiblemente sigue ahí, para contener a Vinicius.

EL CUARTO HOMBRE

Xavi se la jugó. Y perdió. La fortaleza del Madrid radica en este cuarto hombre todocampista, este Valverde que llega como un tren en ataque y se suma al centro del campo para dar aire a Modric. Ante eso, Xavi prescindió de su centrocampista más recuperador, obligando a Pedri y De Jong a redoblar esfuerzos en defensa a costa de alejarse de la zona donde marcan diferencias. Se vio contra el Bayern y el Inter: el Barça sufre en defensa porque el centro del campo no aguanta las embestidas del rival y Busquets ya no cubre tanto terreno. El resultado fue que el Madrid se adelantó con un 2-0 prácticamente sin hacer nada. Y ya a remolque, al equipo le faltó profundidad por las bandas, donde Dembélé ha perdido chispa y Raphinha no arranca. Es especialmente doloroso constatar que el Madrid casi no tuvo que despeinarse para ganar. Solo en los últimos veinte minutos, cuando salieron Gavi, que marcó la línea en el centro del campo, y Ansu Fati, espectacular en la jugada y asistencia a Ferran en el gol, el Barça dio una mínima sensación de peligro. Más allá de los errores arbitrales, lo relevante es que a Xavi se la hundido el equipo y no encuentra la solución.

la clave: el equipo se estrelló más ante sus propias debilidades que las virtudes del Madrid