Equilibrar el talento de Arturo Vidal

Arturo Vidal celebró su gol con el Barcelona

Arturo Vidal celebró su gol con el Barcelona / EFE

Jordi Costa

Jordi Costa

A la vista del excedente de centrocampistas que arrastra el Barça, se avecina en el mercado de invierno un casting inverso: el que acabará con alguno de ellos en otro equipo. En esta línea, Valverde ni se plantea desprenderse de Arturo Vidal -otra cosa será lo que digan los responsables de la caja si llega una buena oferta- a pesar de haberle utilizado poco en lo que va de curso. Y razones no le faltan.

Concretamente, cinco. Los goles que ha marcado el chileno hasta la fecha, más que Arthur (2), Busquets (1), De Jong (1), Rakitic (0), Aleñá (0) y Sergi Roberto (0) juntos, la mayoría habiendo jugado más. 

Como Valverde no se ha cansado de pedir a Arthur y De Jong que vivan más cerca del área rival, para ser más transcendentes -según su visión- con tantos y asistencias, tiene sentido que el técnico vea en el chileno un recurso valioso a mantener en su plantilla de cara a presente y futuro.

Por otra parte, es llamativo el concepto que el entrenador tiene del jugador. Ante la baja de Busquets -añadida a la de Arthur- para el Clásico, prefirió rescatar a Sergi Roberto como tercer centrocampista antes que alinear de inicio al chileno, a pesar de que ello implicaba salir con Semedo en el lateral derecho casi sin minutos de competición tras un mes lesionado. Luego se hace evidente que ve a Arturo como un revulsivo, para dotar al equipo de agresividad cuando las fuerzas flaquean. Y el chileno, en lo suyo, siempre cumple.

Otra cosa es que se le pueda considerar un centrocampista al uso. Durante toda su carrera, la garra y la llegada del chileno desde segunda línea han sido una constante. Sin embargo, la energía que derrocha está peleada con el orden, de modo que, con él sobre el césped, el Barça se queda, a la práctica, con sólo dos medios y la consecuente dificultad para gobernar el juego a través del balón.

Valverde elije, pues, los momentos y los contextos en los que le utiliza. Y acierta a veces, como en Leganés, donde un gol de Arturo selló la victoria, o cuando le alinea frente a defensas cerradas -Alavés-, intuyendo que la dificultad no estará en la zona ancha sinó en encontrar espacios en el área rival. Pero, habiendo marcado el tridente casi tantos goles (30) como todo el Real Madrid junto (33), es sensato plantearse que el problema del Barça sea la creación que no te da Vidal más que el remate que aporta. La especificidad y el perfil del chileno no sobra en ningún plantel pero su presencia obliga a reequilibrar un equipo al que le sobra gol y le falta juego. Es trabajo del técnico buscar recursos para mejorar estos condicionantes