Del 'sí, quiero' al 'si es, no es'

Alexia puso el 0-1 en el Giuseppe Moccagatta

Alexia puso el 0-1 en el Giuseppe Moccagatta / FCB

Carme Barceló

Carme Barceló

Que sepan ustedes que escribo este artículo mientras el Barca Femení intenta cerrar el partido ante la Juve. Empiezo con un 0-1 y acaba con una victoria de las jugadoras de Lluís Cortés con un fútbol infinitamente mejor que el de las italianas. Pero, de verdad les digo/escribo, que sigo en ese periodo de ajuste en el que el resultado aún no me transtorna. Debe ser la edad. O la incredulidad. O, simplemente, que vivo el proceso entre la desconfianza y la felicidad.

Da gusto ver a una Alexia Putellas tan enchufada como el primer día que la vi. Era casi una niña y llevaba el fútbol tatuado en el disco duro. El gol que marcó en esta primera jornada de Champions no es, seguro, el mejor de su vida pero volvió a sumar otro dato a la historia del Barça y a la suya propia. Asistió en el segundo y recibió el pase del 0-1 de las botas de una de las mejores jugadoras del mundo, Caroline Graham Hansen, acierto absoluto de la política de fichajes esta campaña. 

Alexia es un referente. Para las niñas y también para los niños. Pronuncias su nombre y tanto ellas como ellos la conocen. Me lo cuentan hace diez años y pienso que mi interlocutor llega procedente de una comida de ingesta alcohólica generosa. El ‘sí, quiero’ del FC Barcelona a la sección de fútbol femenino va dando sus frutos. Antes, otros clubs apostaron por ellas. Athlétic, Espanyol, Atlético, Rayo Vallecano echaron el resto por la mujer que juega a fútbol e invirtió en ella. Llamaba la atención que el club más laureado de España se resistiera a abrirse al fútbol femenino. El Real Madrid y su presidente/director deportivo Florentino Pérez no dio el paso hasta que vio el negocio, la visibilidad y el refuerzo de marca. Y la presión social, claro. La apuesta, sin la aprobación todavía de su asamblea de compromisarios, se llama CD Tacón al que el Barça  endosó nueve goles este fin de semana. En la capital dicen que aún no es el Real Madrid pero en las camisetas lucían el escudo. El ‘sí, quiero’ le cuesta a FP. Mucho. De momento, se queda... en un ‘si es, no es’.