Dejen tranquilo a Luis Enrique; él no es culpable, es víctima

Luis Enrique está cerca de volver al banquillo de la Roja

Luis Enrique está cerca de volver al banquillo de la Roja / EFE

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Suele suceder que las semanas que no hay jornada de Liga se montan unas polémicas que se desvanecen cuando vuelve la competición. Son carne de cañón para las tertulias, morbo para las redes sociales y material de desecho tan pronto se impone la realidad. Es triste comprobar que se suele dar más importancia a la forma que al fondo, pesan más las voces acusatorias que las reflexivas. Y lo que es peor, a veces estas tormentas mediáticas las provocan personas cuyo papel tendría que ser solucionar problemas y no crearlos.

Vayamos al grano. El deseado, merecido y esperado retorno de Luis Enrique al frente de la selección ha provocado un incendió en la Federación Española donde el presidente Rubiales ha ejercido con poca habilidad el papel de bombero. Estaba claro desde el día que el seleccionador dio un paso atrás dejando el cargo a su segundo, que intentaría volver cuando hubiese superado los terribles problemas familiares vividos.

Su retorno al banquillo de la selección no tenía que generar ninguna controversia, ningún lio, cero morbo. Pero lamentablemente las cosas se han hecho mal, el caso se ha desmadrado convirtiéndose en un tema desagradable ya que se han mezclado deslealtades, mentiras y traiciones.

Dejen tranquilo a Luis Enrique

Lo primero que hay que pedir es que dejen tranquilo a Luis Enrique. El no es culpable, es víctima. Nadie tiene derecho a juzgarle antes de que hable. Ha mantenido un escrupuloso silencio y es el primero en lamentar una polémica que no debió existir. Aunque tarde, las partes de la controversia se han dado cuenta que han ido demasiado lejos y han recogido velas.

No hay que hurgar en las heridas, hay que tener altura de miras, remover el fango es de mediocres. Esto vale para Rubiales y Robert Moreno. Han sido tristes protagonistas de un caso donde toda la luz positiva la merece el retorno de Luis Enrique. 

El tema se cerrará el próximo miércoles en una rueda de prensa donde se oficializará su vuelta. Estamos convencidos que Lucho estará por encima del bien y del mal. Es inteligente y no entrará en la cuestión. El silencio es el mejor desprecio. Al asturiano nunca le han gustado las polémicas ni los líos. Quiere hacer punto y aparte.

Trabajar con tranquilidad

Bastante ha sufrido en los últimos meses como para que ahora tenga que dar explicaciones. Tampoco tiene que aceptar preguntas inoportunas ni anunciar cambios. Tiempo al tiempo. Lo importante es que la Roja pueda diseñar a partir de ahora con tranquilidad el plan para competir con éxito en la próxima Eurocopa. Con la personalidad y  profesionalidad demostrada por Luis Enrique, la Roja debe recuperar todo su potencial.

Valoramos las personas que reaccionan con serenidad y fortaleza ante los problemas. Ni una palabra en seis meses y solo una nota para agradecer los sentimientos de pésame recibidos. Luis Enrique ha pasado el trago mas duro de su vida con sacrificio y entereza. Es hora de que vuelva a su profesión para disfrutar del fútbol. Se lo merece él y su familia. Todo lo demás es secundario, agua pasada.