Opinión

El debate sobre la conveniencia del ascenso del filial

Rafa Márquez, preparando el choque contra el Nàstic

Rafa Márquez, preparando el choque contra el Nàstic / FCB

Rafa Márquez abrió un debate interesante sobre la conveniencia o no de que el Barça Atlètic suba de categoría. El mexicano expuso sus dudas sobre si para los jugadores jóvenes del filial sería positivo competir en la Liga Hypermotion. Es lícito pensar que esta reflexión a pocas semanas de afrontar el play-off puede ser inoportuna, pero el fondo de la cuestión es más que relevante. Siempre se ha dicho que cuanto más cerca este el filial del primer equipo menor es el salto para los jugadores que pueden dar el salto. Es una idea que puede parecer obvia pero los hechos en los últimos años la desmienten. Son más que conocidos los casos de Pedro y Busquets que saltaron de Tercera al primer equipo, pero las promociones más recientes son todavía más llamativas. Ansu Fati ni debutó con el 'B' y el paso por el filial de Gavi fue mínimo. Los casos de Lamine, Cubarsí y Fermín van por la misma línea. Ninguno de ellos se ganó el derecho a jugar en el primer equipo después de un paso trabajado y meritorio en el filial. Repasemos ahora la plantilla del último Barça B que jugó en Segunda A. Solo Aleñá tuvo un paso más o menos importante por el primer equipo y la verdad es que no logró consolidarse. Márquez explicaba que, con un filial muy joven en Segunda A, difícilmente se podría competir. Si aceptamos esta idea, ¿serviría de algo reforzar al Barça Atlètic con jugadores más hechos si no tienen proyección de primer equipo?

¿Se puede seguir apostando por los Marc Bernal, Guille, Dani Rodríguez o Alexis Olmedo y a la vez competir en la categoría de plata contra los Cádiz, Almería, Granada, Zaragoza o Tenerife?. El único filial que esta temporada ha competido en la categoría de plata, el Villarreal B, es el colista pese a que su edad media supera los 23 años. ¿Se puede planificar una plantilla con una mezcla de juveniles con proyección y futbolistas más experimentados que permitan mantenerse en la categoría? El Barça Atlètic logró este equilibrio con Luis Enrique y Eusebio pero nunca hay que perder la idea de que la proyección de los jugadores de La Masia es lo más importante. Si el precio a pagar por subir es que el salto del Juvenil A al Barça Atlètic sea excesivo, el éxito del ascenso ho habrá valido la pena. Si se consigue ascender pero el peaje es vivir una temporada de nervios sufriendo por no bajar, el éxito del ascenso habrá sido contraproducente.

El problema de plantear ahora esta cuestión es que pueda parecer una excusa por si no se logra ascender y de esta manera evitar la crítica. La obligación de Rafa Márquez y los jugadores es darlo todo por competir hasta el final y luchar por el ascenso. A partir de aquí, si se logra subir, el club tendrá que actuar con inteligencia para preservar la proyección de los jugadores de más futuro y sacar beneficio de la oportunidad de jugar en una categoría superior. Lo fundamental es no perder de vista que el objetivo del filial es formar de la mejor manera a los jugadores para que puedan saltar al primer equipo y la categoría en la que jueguen tiene que ser un medio para crecer y no un objetivo en sí mismo.

En este caso, pase lo que pase, las conclusiones tienen que ser positivas. Si no se asciende todo tiene que seguir igual y en la próxima temporada continuar en la misma línea para seguir promocionando jugadores como en el actual curso. Y si finalmente se lograse el ascenso, habría que programar una plantilla que sea capaz de compaginar una alta competitividad en una categoría muy dura con una presencia necesaria de juveniles que se fogueen para seguir los pasos de Lamine, Cubarsí o Fermín.