Dadme una palanca y moveré el mundo

Laporta tiene claro el plan

Laporta tiene claro el plan

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Arquímedes, un avanzado a su tiempo, ya intuyó lo que pasaría en el Barça muchos siglos después de que, según explica ‘Wikipedia’, pronunciara o escribiera aquello de “dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Según parece, la frase es algo más larga: “Dadme una palanca lo suficientemente larga y un punto de apoyo para colocarla y moveré el mundo”. La traducción es que solo con la palanca no habría sido capaz ni de mover un solo dedo. 

Algo parecido ocurre con el Barça. Joan Laporta y, sobre todo, Eduard Romeu, vicepresidente económico, se hartaron de explicar durante los días previos a la asamblea la necesidad de que los socios compromisarios dieran permiso a la entidad para activar dichas herramientas. Ya tienen el permiso, así que ahora, además de la palanca, necesitan el punto de apoyo para mover el Barça. Un punto de apoyo que depende, única y exclusivamente, de la actual junta directiva. El reto es tan mayúsculo que lo más sencillo de todo este proceso era lograr la aprobación de los socios. Lo más complicado viene ahora. El trabajo previo ha sido intenso y toca rematarlo con decisiones trascendentales que tendrán consecuencias a corto, medio y largo plazo. Tanto a nivel económico como deportivo, que es lo que a la gran masa de aficionados culés les interesa.

Ahora la pelota ya no está en manos del socio, sino en manos de quienes gobiernan el club actualmente. Laporta y su equipo tuvieron que improvisar soluciones sin margen de movimiento a causa de una herencia económica nefasta, de unos números que limitaban cualquier movimiento expansivo. A partir de ahora, la responsabilidad de las gestiones que se lleven a cabo gracias a la decisión tomada por la asamblea será toda de la actual junta directiva. La venta de los derechos televisivos o la de un porcentaje máximo del 49,9% de BLM son acciones que descapitalizan a la entidad, pero no había más remedio, tal y como ha asegurado Romeu, que realizarlas. Tan cierto como que, a partir de ahora, los aciertos o errores derivados de ellas deberán adjudicarse a quienes hoy dirigen el club blaugrana. 

Tras meses hablando de palancas, ahora falta el punto de apoyo que permita al Barça empezar a rodar de nuevo. A firmar a todos esos futbolistas que están apalabrados, a olvidarse del Fair Play de LaLiga, a construir un proyecto sólido bajo el liderazgo de Xavi Hernández, a recuperar, poco a poco, el músculo financiero con el que olvidarse, algún día, de la deuda. El trabajo ha sido ingente, pero mucho menos del que ahora arranca.