La culpa no es de Gerard López

Gerard López termina su tapa en el Barça B

Gerard López termina su tapa en el Barça B / VALENTÍ ENRICH

Ernest Folch

Ernest Folch

Gerard López fue destituido ayer como entrenador del Barça B a falta de seis jornadas, un cese abrupto propio de club con urgencias y que choca con la filosofía tranquila y largoplacista que tradicionalmente ha imperado en La Masia. Se cesa a un técnico por unos resultados y se designa a su sustituto coincidiendo con otro resultado (García Pimienta, campeón de la Youth League), una decisión que puede salvar al Barça B pero que no resuelve los problemas de fondo, que son varios y persisten desde hace tiempo. Hay en primer lugar una confusión sobre los objetivos: se plantea como condición indispensable que el filial debe estar en Segunda A cuando en realidad su única misión debería ser suministrar jugadores al primer equipo (Busquets y Pedro subieron desde Tercera). La situación se agrava por la incorporación sistemática de jugadores “importados”, que teóricamente deben servir para permanecer en la categoría, pero que no solo pueden no lograr el objetivo sino que además tapan la progresión de varias joyas juveniles. Ayer el club argumentaba que “el 75% de los jugadores se van por dinero”, pero es indudable que si el Barça les pudiera ofrecer un horizonte más despejado podría contrarrestar las ofertas externas con argumentos deportivos, algo que ahora no puede hacer. Cierto, Los nuevos clubs ricos amenazan seriamente al Barça porque tientan con grandes ofertas a sus joyas, y hay que aceptar que no todos pueden quedarse, pero el club ofrece pocos incentivos deportivos. Básicamente porque en la parte alta de la pirámide, el primer equipo agrava el problema: puertas cerradas a la cantera, que solo han contado con minutos fáciles en la Copa, y sin oportunidades ni en la Champions ni en la Liga. Nadie dice que tengan que jugar de entrada un clásico pero no alinear a canteranos, ni que sea unos minutos, cuando ganas por varios goles de diferencia, genera desánimo en las divisiones inferiores. No, la culpa no es de Gerard López. Es demasiado fácil hacer leña del árbol caído. Y los problemas estructurales solo se arreglan cuando se atacan las causas estructurales.