Opinión

Cristiano, por la boca muere el... payaso

Cristiano Ronaldo

Cristiano Ronaldo / Al-Sadd

Cristiano ha sido un gran deportista, nadie lo duda, según mi forma de entenderlo, podría ser el Salieri de la época de un Mozart llamado Messi.

El luso, eso sí, ha querido y ha sabido crear una figura pública bajo su marca, con una gran predisposición a hacerla tan grande y relevante como fuera capaz, generándole pingües réditos económico financieros. En eso, sí, es el número uno. No hay un futbolista con más acuerdos con marcas que él: el elenco va desde relojes y compañías de telecomunicaciones, pasando por fundas de teléfonos móviles o champú, a acero indio. Notorio, eficaz y abnegado para vender lo que sea es parte de su éxito mediático. Más de un centenar de millones de dólares de ingresos para sus patrocinadores son el valor de sus publicaciones en redes sociales del último año, que lo convierten en el deportista número uno en valoración de impacto en social media. 

En su carrera también ha apostado por ceder su marca personal, habitualmente CR7, en negocios con socios capitalistas que querían desarrollar proyectos de hoteles, moda, gimnasios o perfumes, para convertirse en copropietario de esas compañías. Inversiones que pueden calificarse de inteligentes gracias a la cesión de su marca. La ostentación y el lujo se han convertido en algo de lo más habitual en la pasarela que va de los vestuarios a los autocares de los campos de fútbol. Mochilas, auriculares y sneakers son los principales complementos que distinguen a los deportistas. 

En ese territorio, el primero es también Cristiano, cuyo nivel queda demostrado con la profundidad de su parking: un Mercedes-AMG GLE, un Clase G y otro cupé, un trío de Bugattis Chiron, otro Bugatti Veyron, un Brabus 800, un McLaren Senna, un Ferrari 599, dos Rolls-Royce Cullinan, un Lamborghini Aventador, un Rolls-Royce Ghost, un Ferrari F12 y un Porsche 911 Turbo S. Debería buscar una aseguradora en el elenco de patrocinadores para rebajar la factura de los seguros de su flota. 

Pero si hay un lugar donde su marca ha sido menos creíble y ha patinado de forma habitual en su confrontación su realidad personal con la deportiva, ha sido en las salas de prensa de los mismos estadios de fútbol. En la última declaración, tras encajar un rotundo 5 a 0 ante el Celta de Vigo en un amistoso, se permitió declarar lo siguiente: “El fútbol europeo ha perdido mucha calidad”. Tres días más tarde, el Benfica le metía 4 a 1 a su equipo. Otra perla del portugués: “Donde está Cristiano, hay más interés y sabía que la Liga Árabe sería así”. Por eso se fue. El proyecto de Arabia Saudita en lo relativo al deporte es mucho más que Cristiano, no lo duden. Él hablando de sí mismo: un bufón.