Con la auditoría, luz y taquígrafos, Sr.Bartomeu

bartomeu

bartomeu / sport

Toni Frieros

Toni Frieros

Es muy probable  que, leyendo el titular de este artículo, les suene a música contradictoria lo que les voy a argumentar a partir de ahora. Pero no. El FC Barcelona es, y con mucha diferencia, el club deportivo más transparente del mundo. El que más y mejor comunica lo que hace en todas las esferas de la entidad. Es verdad que para los periodistas y medios de comunicación nunca es suficiente y siempre podría hacerse mejor.

Sin embargo, comparado con otros clubs, la diferencia es abismal. Unos porque son sociedades anónimas y no están obligados a explicar nada, ni tan siquiera los partes médicos de sus deportistas. Otros, porque sencillamente ‘pasan’, como ocurre con los clubs ingleses, donde no existe la cultura comunicativa tan arraigada que sí hay en el FC Barcelona.

De todos modos, una cosa es la política comunicativa y otra muy diferente la estrategia comunicativa. Puede parecer la misma cosa, pero no lo es.  Lo primero es todo el contenido oficial que sale desde el club. Lo segundo es la filosofía, lo que se quiere explicar y cómo se  explica. Ahí tiene que surgir el intelecto de un profesional que sepa leer bien el entorno y que vaya más allá del día a día. Visión periférica.

Josep  Maria Bartomeu, presidente del FC Barcelona, creyó encontrar a ese estratega en la persona de Jaume Masferrer, con experiencia en varias campañas electorales. Durante muchos años lo tuvo como asesor externo, pero participando como uno más en las  decisiones estratágicas del club. En Arístides Maillol todavía recuerdan, siendo Albert Roura director de comunicación, cómo Masferrer diseñó deprisa y corriendo la campaña #TodosSomosLeoMessi después del grave problema fiscal que tuvo la estrella azulgrana. 

El gran error de Bartomeu fue meter en el club a Masferrer y hacerlo CEO paralelo con Òscar Grau. Partió en dos la gobernanza de la entidad y confundió a toda la parte ejecutiva del club. A Masferrer le dio la resposabilidad de la relación/coordinación con los directivos y, además, el mando sobre la estrategia comunicativa del FC Barcelona. ¡Ep, palabras mayores!

Para un cargo así hay que saber ser dialogante, estratega, empático, tejer complicidades, incluso ser simpático y agradable . Hoy, día de autos, la realidad es palmaria. El FC Barcelona no sabe/no tiene candidato continuista para las próximas elecciones a la presidencia del 2021, craso error de estrategia de club que puede acabar pagando muy caro.

Y lo que es más grave, ha tenido que solicitar el primer ‘forensic’ (auditoria de investigación) de su historia para dilucidar qué diablos ha pasado con la contratación de I3 Ventures en la monotorización de las redes sociales del FC Barcelona. Éste escándalo ya se cobró la primera víctima, el propio Jaume Masferrer. Y ahora la segunda, la ‘compliance officer’ Noelia Romero. ¿Ha tenido algo que ver la auditoria del ‘Caso Barçagate’ con su defenestración? ¿Hizo Romero algún informe al respecto?

La famosa auditoría de PwC ya está acabada y en las próximas horas pasará a manos de Bartomeu (una fuente afirma que una  primera parte de esa auditoría llegó al club la semana pasada). Ahora es muy importante que  Bartomeu sepa comunicar el contenido de esa auditoria. Y debería hacerlo extrayendo el grano de la paja y ofreciendo todas las explicaciones que se le soliciten. Es ahí  donde  el FC Barcelona tiene que demostrar su apuesta por  la transparencia. Por lo tanto, luz y taquígrafos, Sr. Presidente. La grandeza de un líder también se demuestra en la admisión de los errores cometidos. Que los hay.