Un club en plena ebullición

Josep Maria Bartomeu, en una imagen de archivo

Josep Maria Bartomeu podría dejar la presidencia antes de lo esperado. La Moción de Censura tiene la llave / AFP

Albert Sáez

Albert Sáez

El Barça de Koeman sigue rodando a la espera de esa lista de bajas y altas que Bartomeu prometíó tras la debacle histórica de Lisboa. Pero todo sigue en el aire. Ni Suárez ni Riqui Puig. El holandés sigue algo errante, pero es totalmente normal porque el club está como pollo sin cabeza.

La recogida de firmas de la moción de censura ha sorprendido incluso a los promotores y ha dejado sin oxígeno a la actual directiva. Han demostrado hasta ahora ser capaces de sobrevivir con respiración asistida, pero les han crecido demasiados enanos: el covid, el malestar de <strong>Messi</strong>, las firmas de la moción de censura, la debacle de los ingresos, etc. El drama es que tampoco hay nadie con muchas ganas de hacerse con la presidencia: renovación con Messi tras quedarse un año a regañadientes, déficit de caja en la próxima temporada, etc ... A todos los precandidatos se les amarga el dulce de ser los que se coman el marrón de una temporada con un déficit millonario. 

Esta baza es la que está jugando Josep Maria Bartomeu: nadie tiene prisa. Se van a tomar con la calma la validación y el recuento de la firmas de la moción. Van a agotar los plazos hasta la extenuación. Siempre con la perspectiva de que llegará un mirlo blanco que nos sacará de pobres. Nada más lejos de la realidad. El club es hoy paradigma de la complejidad del fútbol actual. Bajan los ingresos, las fichas resultan impagables, el mercado está cerrado, los ingresos digitales no “alcanzan”, etc.

La recogida de firmas de la semana pasada demuestra que el club no se encierra en los caladeros clásicos para salir de esta crisis. Y que es un club en plena ebullición. Desde el año 2003, las sucesivas juntas del Barça han tenido elementos de continuidad: Rosell estuvo con Laporta y Barto estuvo con los dos. ¿Ha llegado el momento de romper esta continuidad que ha acabado por llevar a los medios a una cierta complacencia? El club necesitará un revulsivo, pero es difícil que pasen de revolucionarios de salón