El clavo ardiendo

Messi, celebrando su gol ante el Nápoles

Messi, celebrando su gol ante el Nápoles / AFP

Rubén Uría

Rubén Uría

Era viajar a Lisboa o velatorio en Barcelona. Fue lo primero. Eso sí, como a uno le pagan por escribir lo que ve y no por apasionarse, le daré un buen consejo a los aficionados del Barçano parece buena idea poner a enfriar el cava. El equipo pasó, sí. Estará en Lisboa, sí. Tendrá otra oportunidad, sí. Pero en el equipo que durante años presumió de que además de ganar, había que gustar, nadie puede estar contento con las sensaciones que transmite este equipo. Mucha fatiga, demasiada anarquía y poca solidez.

<strong>El Barça selló su pasaporte para Lisboa</strong> con más pegada que juego y abrochó un pase que es oro molido para la directiva y un balón de oxígeno para el cuerpo técnico.  <strong>El premio gordo fue para Messi.</strong> La pedrea, para un imperial De Jong. Y la consolación, para un Nápoles, voluntarioso pero inocente, que le quitó el balón al Barça y también la posesión a Setién. Si el Barça permite eso ante el Bayern de Múnich, estará en la calle.

¿Está bien el Barça? No. ¿Con lo que tiene le alcanza para ganar esta Champions? Tiene pinta de que no. Y entonces ¿por qué el barcelonismo sigue soñando? Porque lo que queda de ese equipo sigue teniendo a un señor con el diez cosido a la espalda. Messi es el clavo ardiendo al que se agarra el barcelonismo. Es el tapón de la bañera de la ilusión culé y no hay feligrés blaugrana que no sepa el primer mandamiento del fútbol: un poco de Messi es mucho. Lleva años sosteniendo al club, tapando a la directiva y auxiliando a sus compañeros, volvió a demostrar por qué la gente hace bien poniéndole velas antes de cada partido. Messi es el clavo ardiendo al que se aferran los culés con desesperación, para que ganar esta Champions no sea una quimera. Lideró al equipo, reventó la defensa contraria y marcó un gol digno de los elegidos. Fue, es y será un tres en uno: tiene una zurda atómica, impone un respeto reverencial entre los rivales y sigue siendo el mejor.