Las claves del Gran Premio de Brasil de F1

Carlos Sainz

Carlos Sainz / EFE

Josep Viaplana

Josep Viaplana

El Gran Premio de Brasil deparó la tercera victoria del año para Max Verstappen (Red Bull), cuando la temporada  toca ya a su fin (1 de diciembre en Abu Dhabi). Y también la agradable sorpresa del podio logrado por Carlos Sainz (McLaren), el primero para el piloto madrileño.

Sainz toca el cielo en Interlagos

Sainz toca el cielo. La gran temporada de Carlos Sainz merecía un premio y llegó, aunque quizás en el día más inesperado. Salía el último después de tener que cambiar el motor, pero una gran remontada le llevó a cruzar cuarto bajo la bandera a cuadros, aprovechando todas las oportunidades que se le presentaron, sacando el máximo rendimiento al McLaren y con cierta dosis de suerte en los diferentes lances de la carrera, sabiendo sufrir con los neumáticos -hizo una sola parada- y defendiendo la posición a ultranza ante el acoso de pilotos con gomas más blandas y frescas.

El podio llegó después cuando los comisarios decidieron sancionar con 5 segundos a Lewis Hamilton por su toque con Alexander Albon. La decisión permitió al madrileño tocar el cielo en Interlagos y me alegro. A su vez, me indigna. Me hubiese gustado verle en el podio, junto a Verstappen y Gasly. La sanción era evidente y tenían que haberla tomado de inmediato, antes de la ceremonia, porque así nos hurtaron una imagen que no sabemos cuándo volverá a producirse. Se repetirá, seguro, pero fue lamentable no verla ayer. Cosas de la FIA. ¿Dónde está el VAR?

Ferrari se hace el harakiri

Impresionante la debacle de Ferrari, que desde hace años colecciona errores de bulto que impiden al equipo tener consistencia, equilibrio y, en definitiva, resultados. El choque entre Vettel y Leclerc en la vuelta 66 me recordó el toque que tuvo Vettel con Webber en Hungría 2010, entonces en Red Bull. Lo peor que le puede pasar a un equipo es que sus coches choquen entre sí, una imagen patética y polémica, que acompañará a la Scuderia hasta que empiece el próximo ejercicio.

La rivalidad entre Vettel y Leclerc es alta y ya han pasado por episodios difíciles desde que empezó la temporada, pero la cohabitación se hace cada vez más complicada. Brasil dejó en evidencia nuevamente un problema de liderazgo en la estructura de Maranello. El choque se veía venir y creo, sinceramente, que alguien tenía que haber calmado a sus pilotos antes que se desatara el caos. Podemos discutir si fue culpa de Vettel o de Leclerc, pero lo que no hay discusión es que la maniobra nunca tuvo que existir.

Verstappen sobrevive al caos

Max Verstappen sobrevive a una carrera caótica. El holandés, que ya ganó en Austria y Alemania, obtuvo en Brasil su tercera victoria de la temporada, un triunfo que fue cocinando en los entrenamientos y arrancando desde la pole position, la segunda de la temporada después de la de Hungría, aunque él indica que son tres porque aún no está nada de acuerdo con la que le quitaron en México. El holandés estuvo magistral en todos los momentos decisivos de una carrera en la que se tuvo que emplear a fondo desde la primera vuelta a la última, pero que gestionó con una veteranía mayúscula.

Hamilton le hizo un ‘undercut’ en el primer pitstop, en el que al salir del pitlane se vio ralentizado por Kubica, pero el holandés no se cortó y en una vuelta recuperó la posición de forma espectacular, quitándole las pegatinas al inglés. Con la salida del primer safety car (vuelta 54-abandono de Bottas) cubrió la primera plaza pese al ataque de Lewis y en el segundo (vuelta 66-accidente de los dos Ferrari) arriesgó para parar y poner un juego de neumáticos nuevos cediéndole el liderato a Hamilton para retomarlo sin dilación en una fulgurante resalida.