Más cerca de la decepción que de la excelencia

Xavi Hernández aplaudiendo a la afición del FC Barcelona

Xavi Hernández aplaudiendo a la afición del FC Barcelona / Valenti Enrich

Alfredo Martínez

Alfredo Martínez

Xavi es muy optimista, a veces demasiado optimista, como comprobamos continuamente en sus ruedas de prensa, y de hecho, ha afirmado que el equipo está más cerca del éxito que del fracaso en la actualidad, o como aseveró hace unas semanas, que su Barcelona está a medio camino del objetivo de la excelencia deportiva. No parece ser eso muy real cuando estas a 7 puntos de dos equipos en la liga y uno tiene un presupuesto muy inferior al tuyo como es el caso del Girona.

O cuando en Europa logras el primer puesto de un grupo bastante accesible con dos importantes reveses ante el Amberes y el Shakthar. Aunque a veces entiendo que es el mensaje que debe lanzar el entrenador, la realidad del Barcelona no es esta mediocridad generalizada en la que se ha instalado. Me niego a creerlo. Tienen en sus botas muchísimo más fútbol del que están ofreciendo. Vamos, es que han ofrecido todos ellos más fútbol del que vienen desarrollando esta temporada. No es por falta de calidad, no.

Y por muy mal que esté la economía del Barcelona no puede rebajarse el nivel de exigencia en este club. El propio Xavi reconoce que esto es el Barça y que sabe que si no se gana, se tendrá que ir a otro lado. O como advirtió Laporta, “Perder tendrá consecuencias“.

Me temo que aquí no es un problema de optimismo o de ver la botella medio llena o medio vacía según convenga, no. Es mucho más duro. La realidad actual del equipo, por muy vivo que esté en tres de las competiciones, las tres más importantes, es que está muy complicado salvar con notable la temporada. La realidad es tozuda y nos lleva a un caminar del Barcelona muy irregular hasta aquí, en todos los títulos en juego. Y queda lo más difícil por competir. No parece ser muy realista creer que el Barcelona está más cerca del éxito que del fracaso.

En Europa comenzarán las verdaderas dificultades, pues hasta ahora casi han sido un juego de niños o fuegos de artificio.

O hacen un click y cambia radicalmente el marchamo de esta temporada o va camino de ser un año decepcionante y por debajo de las expectativas.

En Salamanca se evitó un gravísimo traspiés que habría destapado la caja de los truenos y se evitó ser el centro de todas las críticas cayendo ante un tercera división.

Esta plantilla está para más, para bastante más. Este club, por mal que esté la economía, está para competir mejor, bastante mejor de lo que lo ha hecho hasta ahora. Que no nos vendan lo contrario. No están compitiendo bien. Van camino de una enorme decepción si no rectifican a tiempo, que aún pueden hacerlo.

El Barcelona es como una caja de sorpresas que pocas veces lleva premio. Juega con fuego permanentemente y se suele quemar con facilidad. Mucho discurso. Muchas palabras y poca evolución. A mitad de camino, más cerca de la decepción que de la excelencia.

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