Un centro del campo renovable

De orden de más a menos edad: Iniesta, 31 años, Rakitic, 29, Busquets, 29 y Paulinho, 29. El centro del campo que jugó en Stamford Bridge, el teóricamente titular, va sumando años y es obligación de la dirección deportiva y de la secretaría técnica pensar en sustitutos, en un relevo a medio plazo. Así es como se entiende la llegada primero de Coutinho y en un futuro no muy lejano la de Arthur.

El Barça está pensando en el más allá dado que se ha constatado que se puede esperar muy poco de la cantera. Los pasos que se están dando desde hace tiempo van en un línea improductiva a nivel de jóvenes valores. Muchos fichajes para el filial, promesas que se van a Inglaterra o Alemania  y pocos jugadores que dan el salto al primer equipo.

Ante la escasez de recursos que llegan del fútbol base (no por culpa de los propios jugadores sino de los gestores) surge la necesidad de fichar. Y sabiendo que fichar jugadores titulares en el Barcelona es caro (Coutinho es el ejemplo), se trabaja en la idea de lograr más operaciones como la de Neymar en su día: Llegar antes que nadie a jugadores que apuntan a algo grande. Ocurrió con Neymar, se cruza los dedos con Mina y se cree en Arthur. El resto es fichar pronto a jugadores que no han dado el salto a Europa, a un precio menor aunque exista el riesgo de fiasco para que exploten en el Barça.

Si el centro del campo va sumando años, también es el caso de la delantera donde Suárez tiene 31 y Messi 30. Allí es donde todavía es más complicado pensar en un relevo porque Messi es Messi y porque cualquier comparación se va a perder. Griezman, 26 años, es quien tiene más chance de llegar para aportar aire fresco o juventud a la punta de ataque para lograr un Barça más fresco.