La categoría no se pierde

Luis Suárez y Messi felicitan a Semedo por su gol

Luis Suárez y Messi felicitan a Semedo por su gol / AFP

Rubén Uría

Rubén Uría

La tregua de Vitoria. Después de tirar la Liga de manera lastimosa y del consiguiente terremoto que eso conlleva, el Barça debía acabar la Liga con la cabeza alta ganando en Vitoria. Dicho y hecho. Pese a escenifica una convocatoria casi cómica (14 jugadores y dos porteros), que dice mucho de cómo ha sido la planificación deportiva del club, el equipo mejoró, ganó y goleó. Messi lideró el triunfo, Riqui Puig brilló con luz propia y el Barça recompuso la figura. Setién, que garantizó que su equipo jugaría bien y heredó un equipo líder, dispondrá de una vida extra en el banquillo. Eludió el despido y se la jugará ante el Nápoles. Puerta grande o enfermería.

Euro-Granada. La última jornada fue una montaña rusa de emociones, con un epitafio final lleno de sonrisas y lágrimas. Hiel para Getafe (tres goles anulados y un penalti fallado), derrumbe para el Valencia (temporada ruinosa), éxtasis para Real Sociedad (empate agónico) y premio gordo para el Granada (goleada al Athletic). Diego Martínez, el entrenador de la temporada, ha hecho un milagro deportivo. El año pasado estaba en Segunda y el próximo curso jugará la Europa League. Granada lloró de pena el haberse quedado a las puertas de la final de Copa. Ahora vuelve a llorar, pero de felicidad, porque su equipo jugará en competición europea por primera vez en toda su historia.

La categoría no se pierde. Alegría en Vigo y dolor en Madrid. El Celta se salvó por los pelos jugando mal y el Leganés se condenó a Segunda jugando bien. Con la dignidad intacta, derrochando épica y ante el campeón, el Lega murió de pie. El destino le deparó una fatalidad tras otra, le condenó a ser donante de órganos: el Leganés se quedó con su corazón (En Nesyri) y el Barça con sus pulmones (Braithwaite). Sin lamentos, luchó contra todo y contra todos. El equipo de Javier Aguirre nadó contra corriente hasta el límite de sus fuerzas, con valentía y mérito, pero acabó muriendo en la orilla.E l Leganés no seguirá siendo de Primera, pero jamás perderá la categoría.

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