Busquets y Rakitic: pan para hoy, hambre para mañana

Busquets y Rakitic, sin descanso

Busquets y Rakitic, sin descanso / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça lleva tiempo reflexionando sobre cuál es el factor que lo ha llevado a ser poco competitivo cuando ha llegado el momento de la verdad en la Champions. Y lo cierto es que ha habido dentro y fuera del club una coincidencia razonable en el diagnóstico: el problema ha sido que se llega al mes de marzo con una acumulación de minutos en los jugadores denominados titulares.

Este año, Valverde ha logrado tener una plantilla con más competencia, en la que tienen un rol importante al menos quince jugadores, en contraste con temporadas pasadas en los que el once titular era inamovible y a penas se sabía quien era el jugador número doce. Futbolistas como Lenglet, Vidal o Aleñá, por poner solo tres ejemplos, son capaces de jugar minutos de calidad que antes no podían André Gomes, Digne o Alcácer. Por no hablar del lujo que es tener en el banquillo a ‘cracks’ como Dembélé o Coutinho. Y esto es una gran noticia.

Ahora bien, a pesar de esta gran mejora, hay dos piezas que siguen acumulando muchos más minutos de los que deberían: Busquets y Rakitic han disputado cada uno más del 80% de los minutos totales de todas las competiciones y, como ha explicado SPORT, solo Kimmich ha jugado más minutos que los dos centrocampistas blaugranas entre los grandes clubes de Europa.

Uno porque no tiene de momento sustituto (Busquets), otro porque parece el jugador predilecto del entrenador tras el pacto que hicieron este verano (Rakitic), la realidad es que acumulan una cantidad de minutos desmesurada.

La lógica decía que debían descansar ante el Tottenham (partido en el que el Barça no se jugaba nada deportivamente) y sin embargo volvieron jugar media parte cada uno.

O Valverde encuentra ya el momento para que descansen o las probabilidades de colapsar en la primavera como cada año aumentarán exponencialmente. Hay que volver a recordar que muchos de estos minutos son pan para hoy y hambre para mañana.