La Bundesliga anticipa la nueva distopía

Miembros del 'staff' del Augsburgo con mascarilla en su banquillo

Miembros del 'staff' del Augsburgo con mascarilla en su banquillo / AFP.

Ernest Folch

Ernest Folch

La Bundesliga fue ayer el centro del mundo por primera vez, y quien sabe si por última, en toda su historia. El campeonato alemán nos ofreció en exclusiva un avance de la distopía en la que se convertirá aquí el fútbol cuando vuelva a arrancar. Hubo imágenes impactantes que son un prólogo de lo que se vivirá en el resto de países europeos: gradas vacías y los gritos de los jugadores resonando en el vacío, celebraciones de goles extrañas sin abrazos y guardando la distancia de seguridad, suplentes con mascarillas y a dos metros uno de otro, entrevistas con micrófonos de palo... y hasta una celebración a la afición imaginaria de los jugadores del Borussia.

Deportivamente, se vieron a equipos con ritmos muy dispares, y algunos partidos daban la sensación de ser experimentos de pretemporada. El gran triunfador de la jornada fue sin duda el noruego Haaland, la sensación del momento del fútbol mundial, que ayer logró su décimo tanto en tan solo nueve partidos en Alemania. Haaland confirma que el Dortmund es uno de los equipos de Europa que mejor compra y mejor vende, y el futbolista noruego puede convertirse en uno de los grandes protagonistas del próximo mercado: su actuación, justo en el gran día en el que medio mundo estaba pendiente de la Bundesliga, puede catapultarlo definitivamente. 

Haaland aparte, el regreso de una de las grandes Ligas sirvió para constatar las grandes dificultades a las que se enfrentarán todos los países. El fútbol sin público es frío, desnaturalizado e impostado, y sin el factor campo los partidos se parecen más a un entrenamiento que al gran espectáculo que deberían ser. Sin embargo, lo mejor del regreso del fútbol fue justamente eso: constatar que el fútbol puede regresar. A veces las cosas solo se sabe que pueden funcionar cuando se prueban. La histórica jornada de ayer de la Bundesliga ayuda a convencernos a todos que volver, ni que sea a esta sospechosa nueva normalidad, es posible e incluso viable. ¿Es una situación ideal? Sin duda no lo es, pero todavía es peor no intentarlo.