Buen primer tiempo, festival en la segunda

Messi  habló tras la final de Copa

Messi habló tras la final de Copa / VALENTÍ ENRICH

Pichi Alonso

Pichi Alonso

La primera parte fue de dominio absoluto del Barça, siempre jugando en campo contrario y sin apenas dar opciones de posesiones largas al Athletic, pero sin el premio del gol. En los primeros veinticinco minutos, los azulgranas llegaban a tres cuartos del campo con suma facilidad e incluso encontrando los espacios interiores para filtrar buenos pases, como el que acabó con el remate al poste de De Jong.

Piqué estuvo excelente impidiendo que Williams recibiese balones largos y demostró el acierto de Koeman al apostar por su titularidad, haciendo las vigilancias y las anticipaciones defensivas que el equipo no supo hacer en el clásico ante el Real Madrid. Con el paso de los minutos, los de Marcelino se hicieron más fuertes atrás y al Barça le costó más generar peligro, pero resultó muy positivo que el el Athletic prácticamente no pudiera rematar entre los tres palos.

POR FIN LLEGARON LOS GOLES Las buenas sensaciones que dejó el Barça en la primera mitad, con el encuentro controlado pero sin gol, se transformaron en un auténtico festival azulgrana en la segunda mitad. El gol de Griezmann, uno más al Athletic (ya van 12), desató el volcán ofensivo del conjunto catalán, que encontró muchos más espacios en la defensa del equipo de Marcelino y demostró que si puede correr, es mucho más peligroso.

Un gran De Jong y un Leo Messi desatado consiguieron el 3-0 con una descomunal jugada y, como faltaba el gol habitual de Alba y Messi, el de L’Hospitalet acudió a la cita en el 4-0. Por fin, el Barça realizó un completísimo partido, que desgastó al Athletic en la primera mitad y lo destrozó en la segunda para cerrar con brillantez la conquista del primer título con Ronald Koeman en el banquillo.