El Barça consigue tumbar al PSG

Rabiot, resignado a acabar en el banquillo

Rabiot, resignado a acabar en el banquillo / AFP

L. Miguelsanz

L. Miguelsanz

Guerra total

Finalmente petó el caso Rabiot, una operación estratégica para el Barça, que ha conseguido contra todo pronóstico abrirle una crisis de dimensiones siderales al PSG. Una pequeña ‘vendetta’ al club todopoderoso de los petrodólares que, año tras año, ha intentado dinamitar los proyectos deportivos del club blaugrana. Primero con Neymar y este verano pasado tocando a Rakitic de forma directa para intentar robarlo tras un Mundial de ensueño.

La guerra Barça-PSG es total desde hace varios años recrudecida por el interés blaugrana por Marquinhos Verratti y finiquitada por los parisinos con la bomba Neymar, el traspaso más caro de la historia que dejó al Barça temblando con un problema deportivo de primer nivel. Neymar siempre fue una obsesión para el PSG como jugador y a modo de lección: Quien toca a algún futbolista de los suyos puede acabar pagándolo.

Desde aquel verano, el Barça tenía claro que Rabiot podría ser un escarmiento. Tantearon sus opciones, pero quisieron ir de cara hablando con el propio PSG para pactar un traspaso, algo que sabían de antemano imposible. Tras el ‘no’ parisino, el área deportiva blaugrana ideó una operación de acoso y derribo con el objetivo de que el futbolista saliese libre en junio del 2019. Era casi una operación suicida y llegaron a pensar que ni el jugador, ni su representante aguantarían a tanta presión. Pero Rabiot debe ser de otra pasta porque ha sido capaz de rechazar, una tras otra, las millonarias ofertas que le ha puesto el club parisino encima de la mesa.

Tanto se ha tensado la cuerda que,  finalmente, su propio club ha anunciado que lo iba a dejar en la grada lo que resta de temporada una vez comprobada su rebeldía por no renovar. La decisión es firme y puede abrir una crisis sin precedentes dentro del vestuario del PSG, dónde sus compañeros acabarán defendiendo al futbolista galo. En el Barça hay cierta satisfacción contenida y medias sonrisas. Le han devuelto la jugada al PSG. Firme o no, que tiene pinta que sí, la batalla de esta guerra está ganada.