El Barça tiene mucho camino por recorrer

El Barça perdió la final de la Lliga Catalana por sus propios errores

El Barça perdió la final de la Lliga Catalana por sus propios errores / sport

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

La derrota ante el MoraBanc Andorra en la final de la Lliga Catalana ha levantado ampollas. A la conclusión de la final, el técnico azulgrana habló sin ningún tipo de filtro y reconoció que al grupo le falta trabajo, espíritu colectivo y algo de humildad.

Estamos en un momento en el que se solapan el duro trabajo de la pretemporada con el inicio de los torneos oficiales en los que el Barça siempre debe salir vencedor. Y este binomio no es sencillo de digerir.

Además, Saras sabe que no le será fácil introducir en el equipo todos los cambios tácticos que tiene preparados. A estas alturas todavía no es un problema preocupante, pero Jasikevicius debe marcar territorio y dejar claro a sus hombres quién manda en el vestuario.

Este mensaje es fácil de comprobar si hacemos un seguimiento de sus tiempos muertos.

Constantes rectificaciones y pequeños enfrentamientos dialécticos para dejar en evidencia a todo aquél que no está haciendo lo que corresponde. Algo que, al final, se traduce en la sustitución de los jugadores que se equivocan para que recapaciten. Un comportamiento normal en un entrenador acostumbrado a mandar y a ser también el eje sobre el que gira todo.

No creo que haya recelos entre los blaugranas. La temporada está en su fase inicial y estos pequeños roces son comprensibles.

INTENSIDAD Y CONTINUIDAD 

Nadie pone en duda la calidad de la plantilla blaugrana. No obstante, en los primeros partidos disputados hasta la fecha se ha evidenciado una falta de concentración en muchos momentos de los encuentros.

Las constantes rotaciones y el hecho de jugar sin público pueden ser una parte del problema. Pero en ningún caso deberían suponer una excusa para explicar las lagunas en el juego.

Saras quiere que los suyos sean intensos en defensa y rápidos en las transiciones. Plantea una presión en toda la pista, con dos contra uno y muchas ayudas defensivas. Un desgaste físico evidente, pero que implica también una exigencia de concentración elevada. Y no todos sus hombres lo ponen en práctica de la manera que quiere su entrenador.

En ataque los sistemas son muy dinámicos, con constantes movimientos y con una enorme velocidad de circulación de la pelota. Las rotaciones durante los partidos son constantes, pero sorprendió notablemente lo poco que movió Jasikevicius el banquillo en el último cuarto de la final de la Lliga Catalana. 

Se certifica, eso sí, que Calathes es un gran fichaje y que se complementa bien con Heurtel. El Barça tiene una plantilla suficiente para aspirar a todo. Pero deberán trabajar muy duro. Todavía queda mucho camino por recorrer.