El Barça necesita un acuerdo entre club y jugadores

El Barcelona necesita un acuerdo entre club y jugadores

El Barcelona necesita un acuerdo entre club y jugadores / FCB

Ernest Folch

Ernest Folch

La crisis que afecta a la sociedad y al deporte impacta sobre el Barça como un virus añadido, igual de letal y desconocido que el Covid-19. La entidad blaugrana se enfrenta, sin previo aviso y sin tiempo a prepararse, a un nuevo escenario y ha entrado, como tantas otra empresas, en un terreno desconocido. Lo que tiene que hacer el Barça es algo tan complejo y doloroso como pasar de gestionar la abundancia a administrar las carencias, y en este nuevo escenario de recortes de sueldos la sensibilidad está lógicamente a flor de piel.

Las primeras conversaciones con los jugadores profesionales, sobre todo en la sección de fútbol, han sido difíciles, con puntos de vista alejados. Al club le hubiera gustado que los jugadores hubieran tomado la iniciativa de bajarse el sueldo sin que hiciera falta que nadie se lo propusiera. Los jugadores hubiesen querido que el club no corriera tanto y no fuera el primero en salir públicamente a hacer un ERTE. Las dos posiciones enfrentadas se enconan todavía más cuando más de uno hace de altavoz de una de las partes y ajusta cuentas con los jugadores aprovechando la crisis o bien dispara contra la directiva con la excusa del recorte.

En una situación como la que ahora vive el Barça lo que hay que pedir es que todas las partes antepongan el bien del club a cualquier otra consideración, y que nadie caiga en la tentación de iniciar una guerra civil que podría terminar llevándose por delante al propio Barça. Ni es necesario suspender las críticas ni dejar de fiscalizarnos entre todos, pero en un momento tan delicado como el actual, es preciso hacer una llamada al sentido común y al entendimiento entre todas las partes. Lo mejor para el Barça es que se llegue rápidamente a un acuerdo entre jugadores, club y empleados, y todas las partes cedan su pequeña parte. Es evidente que los jugadores tiene que aceptar bajarse el sueldo, pero esto debe ser compatible con tratarlos con respeto y sensibilidad. A más de uno habrá que recordarle que sin jugadores no hay deporte ni espectáculo ni nada que podamos contar y disfrutar el resto de mortales.