Este Barça es insoportable

El Barça juega a remolque en Vallecas ante el Rayo Vallecano

El Barça juega a remolque en Vallecas ante el Rayo Vallecano / JAVI FERRANDIZ

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Hace ocho años, con Tata Martino en el banquillo, el Barça goleó 0-4 al Rayo pero perdió la posesión por primera vez en seis temporadas y 316 partidos: 51-49 para el equipo que entonces entrenaba Paco Jémez. Los más radicales talibanes del estilo pusieron el grito en el cielo: se había renunciado al modelo para ganar un encuentro en Vallecas. El técnico argentino, que solo estuvo una temporada en el Camp Nou, todavía sigue sorprendido por las consecuencias de esos dos puntos de porcentaje cedidos. Los ataques del entorno más rabiosamente cruyffista fueron implacables. Y el destino quiso que aquella campaña no se ganara absolutamente nada. De hecho, la Liga se perdió en el último partido del campeonato, con un empate en el Camp Nou ante el Atlético, que acabó llevándose el título. 

El Barça volvió este miércoles al campo del Rayo en un contexto muy diferente. El estilo ha degenerado tanto que ya no le importa a casi nadie. Porque hay una emergencia superior: ganar. Como sea. Este Barça no está para discursos puristas. Ni para exquisiteces. Este Barça lo que necesita es ir sumando victorias para construir un equipo de futuro. Y tras el frenazo futbolístico y moral que supuso la derrota en el clásico, el conjunto blaugrana necesitaba recuperar autoestima con un triunfo. La victoria era absolutamente imprescindible para no descolgarse, aún más, de la cabeza de la clasificación. 

Sin Ansu, que se cayó de la convocatoria a última hora por unas molestias en su rodilla, el Kun Agüero asumió la titularidad por primera vez. Pero ni el espíritu del delantero argentino sirvió para encontrar el camino del gol. El Barça está absolutamente negado en ataque. Ni siquiera crea ocasiones. Y eso le penaliza tanto como los errores defensivos. Pero es que este miércoles, el equipo de Koeman no fue capaz de marcar ni de penalti: Memphis falló lo que hubiera supuesto el 1-1 que hubiera permitido, al menos, salvar un punto. La situación es insostenible. Y se hace insoportable pensar que lo que resta de temporada (¡que es mucho!) va a ser igual. Más de lo mismo hasta mayo sería inaguantable. Hay que tomar medidas ya. Todas las críticas apuntan al entrenador. Pero, ¿es el único culpable? Yo creo que no...