El Barça se harta de Dembélé... y de su agente

Dembélé se va

Dembélé se va

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Caixa o faixa. O, lo que es lo mismo, todo o nada. El Barça tomará hoy una decisión definitiva sobre el futuro de Dembélé. La fecha límite para actuar, finalmente, ha llegado. La situación es insostenible y ante la inminencia del partido contra el Athletic no se puede esperar más. Caixa o faixa. O, lo que es lo mismo, renovación o castigo. Dembélé asegura, en todas las conversaciones privadas que tiene con Xavi, que quiere seguir en el Barça. Le explica al técnico que es muy feliz en el club y le agradece todo el apoyo que le ha dado, incluso públicamente. Pero la actitud del representante del jugador, Moussa Sissoko, contradice las palabras del futbolista.

Sus exigencias económicas son desorbitadas e inasumibles: 200 millones de euros por cinco años de contrato, más 40 millones de prima de renovación (20 para Dembélé y 20 para el mánager). Y demuestran todo lo contrario de lo que dice el delantero: solo piensa en el ‘pelotazo’ económico que significa quedar libre el 30 de junio. Así pues, o Dembélé engaña a Xavi o Sissoko manda más que el jugador. El Barça, lógicamente, se ha hartado de este doble juego y ha puesto este miércoles como día final de cualquier tipo de negociación. Y más después de las provocadoras declaraciones de Sissoko en Radio Montecarlo: “No quieren negociar. Solo amenazan”.

El panorama al que se enfrenta el club si, finalmente, Dembélé y su representante no aceptan la oferta de renovación es muy complejo. Porque colisionan los intereses deportivos con los intereses de club. Por una parte, es lógico que Xavi quiera seguir contando con el futbolista hasta el final de su contrato si considera que su aportación puede ser decisiva en la conquista de los objetivos deportivos del equipo: clasificarse entre los 4 primeros de la Liga y competir por los títulos de Copa y Europa League. Pero también es defendible la postura institucional de no admitir este tipo de chantajes castigando a Dembélé sin jugar ni un partido más.

En medio, una tercera vía que parece imposible: vender al delantero en este mercado de invierno, para sacar algún beneficio económico y liberar masa salarial para fichar un goleador. Sea lo que sea, se decidirá hoy. Y se visualizará mañana en el partido de Copa ante el Athletic. Que nadie se extrañe si Dembélé no entra en la convocatoria. Significará que se ha impuesto la línea dura, como sucedió con Ilaix Moriba…