Este Barça ya es un gran equipo

Sevilla - Barcelona

Sevilla - Barcelona / EFE / Julio Muñoz

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Tener una gran plantilla no significa, necesariamente, tener un gran equipo. Y mucho menos tener un equipo campeón. El Barça tiene un ‘plantillón’, en palabras del propio Xavi, y ahora es el entrenador quien tiene que construir un conjunto ganador. Por mucho talento que tengan los futbolistas (y lo tienen), el proceso nunca es fácil. Además, el Barça se enfrenta a un enorme hándicap: no tiene tiempo. Las urgencias, después de demasiados años de decepciones y fracasos, obligan a empezar a ganar desde el primer momento.

El técnico lo sabe: esta temporada le van a exigir títulos. El primero que lo va a hacer será Laporta. El presidente lo ha apostado todo (activando hasta cuatro palancas financieras, poniendo en riesgo su patrimonio personal con un aval e invirtiendo más de 160 millones de euros en fichajes) a una sola carta: ganar para resucitar al club. La presión también la pondrán los socios y aficionados, necesitados de éxitos para volver a sentirse orgullosos de ser culés. Y, por supuesto, el entorno, que escrutará con detalle el rendimiento del nuevo Barça.

La ilusión generada con la revolución de la plantilla debe refrendarse ahora en el campo con resultados. Las buenas sensaciones tras las victorias ante la Real Sociedad y, sobre todo, frente al Valladolid, se ponían a prueba este sábado en Sevilla, contra un rival de Champions aunque con un inicio de Liga convulso (un empate y dos derrotas en tres partidos y gritos de dimisión contra Lopetegui). Y el Barça demostró que, aunque esto acaba de empezar, ya está preparado para los grandes retos.

Después de un inicio dubitativo por la salida en tromba del Sevilla (Ter Stegen fue decisivo con dos paradones), el equipo blaugrana se recompuso y se volcó sobre la portería local. Con intensidad, recuperando balones gracias a la presión y con velocidad, el Barça desarboló al conjunto de Lopetegui. Y Lewandowski, imperial, puso la sentencia: fabricó el primer gol y marcó el segundo, dejando finiquitado el partido.

El polaco, acompañado por la maravillosa locura que es Dembélé y la verticalidad de Raphinha, volvió a dejar claro que es el nuevo líder de un equipo que empieza a estar claramente definido. Xavi sabe lo que quiere y, sobre todo, sabe con quién quiere conseguirlo. El once titular en el Sánchez Pizjuán es la piedra angular de su proyecto, con grandes suplentes como Ansu Fati o De Jong. Este Barça, aunque está en construcción, empieza a tener visos de ser un gran equipo. De ser un Barça campeón.