Barça: cuando querer es poder

Jugando como ante el Sevilla, Inter y Real Madrid no hubiera ocurrido lo de Roma

El Barcelona fue superior al Real Madrid

El Barcelona fue superior al Real Madrid / Valentí Enrich

Toni Frieros

Toni Frieros

Ha pasado el clásico, sí, pero todavía tardaremos en olvidarnos de un resultado tan balsámico para el Barça como agrio para el Real Madrid. Un triunfo que coloca a cada uno en su sitio y que tuvo efectos colaterales. Además de la defenestración de Julen Lopetegui, el baño de prestigio que se dio el Barça a nivel mundial. Todo el planeta fue testigo de lo que ocurrió en el Camp Nou.

Y lo que ocurrió en el Camp Nou pone de manifiesto que muchas veces no es solo ganar o perder, por encima de todo es cómo lo haces. La patética primera parte del Real Madrid en el Camp Nou me hizo pensar, y mucho, en aquel Barça que fue zarandeado por el PSG, la Juve y la Roma en la Champions League. Y esos días, que conste, estaba Messi sobre el terreno de juego.

El fútbol, como nuestra vida cotidiana, tiene días donde nada sale bien y parece que nos hayamos levantado con el pie izquierdo. Pero la actitud depende de uno mismo y eso es innegociable. La plantilla azulgrana, ante la mastodóntica responsabilidad de medirse del tirón a Sevilla, Inter y Real Madrid sin el concurso del mejor jugador de todos los tiempos, ha sabido tirar de casta, de solidadidad, de esfuerzo colectivo y ha salido airoso de un periodo que muchos agoreros o cenizos predecían como el episodio bíblico de las diez plagas.

Lo mejor del 2-0 ante el Inter y del 5-1 ante el Real Madrid no son los resultados en sí mismo, sino lo que proyectan: cuando se quiere, se puede. Y con esa actitud, aderezada con un juego genuinamente ADNBarça (posesión, presión, control y posición), todo el posible. Ahora toca seguir escrupulosamente ese camino... y esperar a que se reincorpore Leo Messi.