Opinión

El Barça, la casa de la bomba

Laporta, Xavi, Yuste y Deco en la presentación del nuevo director deportivo

Laporta, Xavi, Yuste y Deco en la presentación del nuevo director deportivo / DANI BARBEITO

"En la casa, la casa de la bomba, todos miran sin hablar". Así era el estribillo de la canción de Brighton 64 que solo los boomers podemos recordar. La frase resumiría lo que se ha convertido el FC Barcelona en los últimos meses, llegando a su cenit en las últimas horas con la decisión, todavía no oficial, de que Laporta va a echar a Xavi de su puesto de entrenador. 

Hoy, todos miran sin hablar. Y es así. Xavi porque todavía no le han dicho nada, Márquez porque espera su turno mientras afrontará el play-off de ascenso, Laporta porque debe pensar que mejor callado que volver a precipitarse como cuando anunció la continuidad de Xavi, Deco está de viaje en Portugal no fuera el caso que le pillara el incendio en casa y tanta otra gente moviéndose en la sombra esperando que Laporta, de sangre caliente, diga basta. Unos callarán a su vera. Otros, aplaudirán sin saber por qué. Hasta entonces, todos callados y mirando sin hablar porque, entre otras cosas, no pueden decir nada. 

Deco, Laporta y Xavi, en la rueda de prensa de continuidad del entrenador

Deco, Laporta y Xavi, en la rueda de prensa de continuidad del entrenador / SPORT

Tres semanas después…

Laporta renovó a Xavi hace tres semanas. La decisión entonces ya fue un error porque, lo normal, hubiera sido esperar a final de temporada. Que siguiera Xavi o que no, pero cualquier decisión tenía que producirse al final de curso, que es cuando se ponen las notas. Por aquel entonces, el Barça todavía estaba clasificado para la Champions ni tenía el segundo puesto. Pero Laporta no esperó más. Hoy se arrepiente. El Barça es hoy la casa de la bomba. Muchas decisiones tomadas a destiempo no hacen más que ensuciar el nombre del club. 

Ahora, Laporta no puede volver a equivocarse en el caso de querer echar a Xavi. Por unas declaraciones en las que el entrenador tenía más razón que un santo. Pero a Laporta no le interesa un mensaje tan pesimista porque ya lleva dos años y medio en el club sin poder reconducir económicamente el barco.

Hay aún dos partidos en juego y Xavi es una leyenda de la entidad. Debe jugarse los dos partidos que quedan y entonces decidir. Para un lado o para otro. Que Laporta haga lo que quiera, hasta que se le acaben los días.