Así es casi imposible ganar la Champions

Arturo Vidal fue expulsado

Arturo Vidal fue expulsado / Javi Ferrándiz

Ernest Folch

Ernest Folch

Un Barça mediocre sacó de Nápoles un resultado excelso, que lo deja en una posición privilegiada para acceder a los cuartos. El partido deja sin embargo la sensación inquietante de que el equipo sigue catatónico en la Champions, especialmente fuera de casa. Y es que Setién claudicó sorprendentemente de sus principios con una alineación ultraconservadora (con Rakitic y Vidal), que si la hubiera hecho Valverde hubieran corrido ríos de tinta durante semanas, y no sin razón. Setién envió un mensaje nefasto con su once, que el Nápoles interpretó como una reculada en toda regla, y se fue apoderando del partido hasta que Mertens dejó al Barça en la lona. Durante unos minutos volvieron los fantasmas de Roma y Liverpool, hasta que Setién rectificó, hizo entrar a Arthur, el juego del equipo recuperó algo de dinamismo, y alcanzó al menos para el gol del empate. Lo cierto es que el Barça es hoy un equipo mermado, en el que afloran problemas graves de planificación (como denunció abiertamente Busquets al final del partido), que tienen al equipo en cuadro en todas las líneas. En estos momentos el único plan del Barça es sobrevivir, agarrarse a Messi y, en caso de que no aparezca, encomendarse a cualquier jugada aislada. Sea por juego, sea por planificación, sea por la falta de efectivos, el diagnóstico es claro: así es casi imposible ganar la Champions.

Nivel bajo de muchos futbolistas

Uno de los problemas más graves del Barça no es solo que tiene a pocos efectivos sino que además tiene a varios futbolistas muy por debajo del nivel deseable. El caso más evidente es sin duda el de Junior Firpo, que ayer evidenció en su debut en la Champions que está todavía muy verde para una competición de este nivel: es obligado volver a preguntarse, por enésima vez, si no hubiera sidomás fácil quedarse con Cucurella, que encima es de la casa. El caso de Rakitic es paradigmático: se queja cuando no juega pero es incapaz de responder a las oportunidades que se le dan. Umtiti demostró ayer que no ofrece garantías para un gran partido, y cuesta entender por qué Setién volvió a priorizarlo por delante de Lenglet. Para rematar el cuadro, una tontería de Arturo Vidal (una entrada a destiempo) sumada a una tontería mayor (un enfrentamiento con un rival) le valieron al chileno dos tarjetas amarillas tan justas como absurdas. La niñería de Vidal deja al Barça en cuadro con solo 13 jugadores del primer equipo para el partido de vuelta (12 si la lesión de Piqué es importante). Que el Barça tenga que afrontar un partido de vuelta de octavos con tan pocos futbolistas es un síntoma inequívoco de lo mal que se ha hecho las cosas en este club en los últimos meses.