La Asamblea Extraordinaria del Espai Barça, en febrero o marzo

El FC Barcelona es un transatlántico que tiene muchos puertos en los que debe atracar durante su larga travesía. El más importante de todos ellos, sin duda, es el puerto de los éxitos deportivos, la verdadera razón de ser del club. Y aunque pudiera parecer que todo lo demás es secundario, no es exactamente así. Hay proyectos patrimoniales de tal envergadura que tendrán una incidencia histórica en la entidad. Tanto a corto plazo como, sobre todo, a largo. Un claro ejemplo de ello es el Espai Barça.

La remodelación integral del Camp Nou y todo el entorno del Estadi será la mayor obra que se realizará en Barcelona desde los Juegos Olímpicos de 1992. Y además se convertirá, si no lo era ya, en una de las grandes referencias turísticas y arquitectónicas de la ciudad, a la altura de la Sagrada Familia.

Cinco años y siete meses después del referéndum aprobado por los socios del FC Barcelona (abril de 2014), y como prueba inequívoca de la complejidad y magnitud que supone poner en marcha una obra así, solo se han podido hacer obras preliminares en el Camp Nou. Y llegar a ese punto ha costado mucho esfuerzo, como fue conseguir la aprobación del plan urbanístico por parte de la mayoría de partidos políticos del Ayuntamiento de Barcelona... así como de las asociaciones de vecinos del barrio de Les Corts.  Ahora el Espai Barça ha entrado en otra dimensión. Desde hace muchos meses, el club anda metido en la reformulación de su financiación.  Es decir, cómo se pagarán los casi 700 millones de euros que costará. Como mínimo...

Aquella propuesta que se hizo en el lejano 2014 ya  ha quedado obsoleta porque los tiempos cambian y las fórmulas de financiarse también. Hoy es posible poner en marcha un mastodóntico proyecto de esas dimensiones sin tener que endeudarse. Es decir, sin poner en riesgo tu negocio ordinario, que es el día a día.¿Cómo? La entrada de los fondos de inversión están cambiando el mundo de los negocios. Aquí hay un ‘pool’ de bancos que dejarán al FC Barcelona 700 millones de euros que recuperarán, junto a los intereses devengados, cuando el propio Espai Barça vaya generando beneficios.

Arquitectura financiera

Sin embargo, esa operación que parece fácil, entraña una enorme complejidad precisamente porque el FC Barcelona es diferente a todo. Sí. Cuando se les explica a los gestores de esos fondos americanos que el Barça es la entidad deportiva que más dinero ingresa del mundo y que no es propiedad de una empresa o de un millonario, flipan. Les cuesta entender que el líder mundial del sector sea propiedad de 140.000 socios que no reciben dividendo alguno.

Una vez han entendido esa idiosincrasia, ese hecho diferencial, vuelven a flipar nuevamente porque siguen sin entender que todas las negociaciones que se han llevado a cabo, todos los acuerdos firmados, están supeditados a que esa masa social, en una Asamblea Extraordinaria, los aprueben.Y también les cuesta entender a esos mismos inversores extranjeros que el FC Barcelona tiene la obligación, porque así se lo ha autoimpuesto, de explicar a su masa social, con pelos y señales, aspectos económicos que ellos consideran que deberían ser confidenciales.

Todo ello hace que al FC Barcelona le cueste el doble que a cualquier otra empresa  firmar esos contratos.  Tal cual. Al menos, en tiempo. A la Junta Directiva azulgrana le hubiera  gustado que esa Asamblea Extraordinaria se celebrara antes de Navidades. Eso será imposible porque el club quiere hacer antes un trabajo de pedagogía para explicar muy bien, con todo lujo de detalle, en qué consistirá la financiación del Espai Barça. 

Hasta febrero, o muy probablemente marzo, no se convocará esa Asamblea Extraordinaria. Es lo que tiene el Barça. Que los dueños son sus socios.