La Asamblea que puede cambiar la historia del Barça

Asamblea FC Barcelona

Asamblea FC Barcelona

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Es necesario asumirlo aunque duela. Víctima de una nefasta estrategia económica en los últimos años, el Barça se ha convertido en un club pobre. Pobre de dinero, recursos y liquidez. Mal que nos pese, es el club europeo con peor situación financiera. Vive una crisis que necesita ayuda exterior para no verse ahogado por los compromisos de pago atrasados. No exageramos, es la cruda realidad. Pero tampoco conviene dramatizar ni verlo todo negro. Hay salida, lenta y complicada de la mano de la nueva Junta Directiva. Joan Laporta trabaja con fe y ilusión para revertir una herencia envenenada.

A partir de ahora tiene que haber otra manera de dirigir el club. Con rigor y responsabilidad, con criterio y estrategia. Es necesario cambiar el modelo de negocio, no es más rico el que más factura sino el que más gana. En los presupuestos del futuro, controlar el gasto será tan importante como sumar nuevos ingresos. El Barça no tiene un Estado detrás como el PSG y el City, no puede tirar de petrodólares. En tiempos post-covid lucha con desventaja, es hora de gestionar momentos difíciles. 

El ejemplo más claro está en la política de fichajes. Acostumbrados a contratar cracks a golpe de talonario, ahora no hay otra salida que reforzarse con fichajes ‘low cost’ que vengan con la baja en el bolsillo. ¡Vaya cambio! Antes los jugadores que acababan contrato ni se contemplaban. Ahora se buscan debajo de las piedras. Hace diez años, Haaland ya estaría fichado, ahora es imposible si antes no se hace caja con los traspasos.

Laporta está encontrando más dificultades de las que podía imaginar. Sabía que el club estaba mal, pero no tanto. Sin embargo, no pierde la confianza aunque le cuesta entender cómo ha caído tan bajo, con una plantilla poco competitiva y una tesorería bajo cero. El socio conocerá en la Asamblea del día 20 la dura realidad a través del resultado de las auditorías realizadas. En su último mandato, Bartomeu, cuando sabía que tenía fecha de caducidad, emprendió una huida hacia adelante. Se olvidó del ‘seny’ y asumió riesgos pensando que si ganaba títulos, saldría bajo palio. Fue una apuesta a todo o nada que le salió mal. El burofax de Messi, el Barçagate y el covid le llevaron a la dimisión. 

La próxima Asamblea Extraordinaria del Barça será importante, muy importante, marcará el comienzo de un nuevo ciclo que puede cambiar la historia del club. La nueva Junta cerrará tres meses de difícil transición para asumir el gran reto de volver a los grandes éxitos con cinco años por delante. Es necesario hacer punto y aparte. Cerrar una etapa turbia y polémica, abrir un nuevo camino. Ha llegado el momento de escribir un relato que ilusione a los socios, corazón y alma del club. Toca darles mayor protagonismo, hacerles partícipes del futuro para recuperar una afición que merece alegrías. Después de un año y medio desconectados de su equipo, los culés quieren participar en el resurgimiento del Barça como una fuerza social capaz de marcar diferencias. Hay que recuperar el espíritu de “més que un club” con hechos, no solo con palabras.