Arde París

De nuevo, los petrodólares por el suelo

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Rubén Uría

Rubén Uría

Arde París. De nuevo, los petrodólares por el suelo. El club-estado de Catar, a la calle. Con Mbappé fallando un mano a mano decisivo, los parisinos volvieron a despeñarse. Ni siquiera Bernat (un gol y un palo) pudo salvar de la hoguera al megamillonario club francés. ¿Por qué? Sencillo. El árbitro Skomina pitó un penalti muy polémico por manos invasivas y Rashford, hielo en las venas, batió a Buffon para liquidar al PSG. Increíble, pero cierto: la guardería de Soljskaer se metió en cuartos. El Parque de los Príncipes fue un funeral. Entre los errores defensivos de bulto y una decisión arbitral del VAR que dará la vuelta al mundo, el PSG vuelve a quedar KO. Neymar, lesionado y de carnaval, no jugará ni los cuartos. El verano será caliente.

Tadic, el enterrador. “Buenas noches, me llamo Dusan Tadic”. Esa fue la tarjeta de este serbio de 30 años con una exhibición memorable en el Bernabéu. Nadie contaba con su irrupción, pero fue letal: “Soy admirador de Zidane y quizá he visto demasiados vídeos suyos”, confesó. Tadic clonó la ruleta de Zizou, fue una migraña para la zaga blanca, puso contra la pared a Solari y mandó al Madrid “al otro barrio”. Su catálogo: ruletas, recortes, caracoleos, conducciones, espuelas, regates, dos asistencias y un golazo de museo para convertir el Bernabéu en un funeral. En la epopeya del Ajax todos contaban con De Jong, De Ligt, Zyyech o Schone. Nadie con Tadic. Fichaje de Overmars, por 12 “kilos”, Tadic ya no es anónimo. Es el enterrador que cavó la fosa y cerró el ataúd merengue.

Perder en primavera. Si el Madrid hizo bandera durante tres cursos seguidos del arte de ganar en primavera, ahora tendrá que sobrevivir sin Liga, sin Copa y sin Champions durante tres meses. Solari está en el alambre, Florentino busca entrenador, el público pide cabezas y en un vestuario roto por el eje, reina la incertidumbre para saber quién se quedará y quién formará parte de la lista negra. Es lo que tiene hablar de triplete antes de tiempo. Que te quedas sin nada.