El anti-laportismo ha salido de la cueva

Laporta en la Asamblea extraordinaria de socios del Barça

Laporta en la Asamblea extraordinaria de socios del Barça / FCB

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El grave error cometido con las entradas del Barça-Eintracht ha servido para que todo el entorno anti-laportista se lance a la crítica más feroz. Han aprovechado el primer gran desliz de esta junta directiva para atacar sin piedad al presidente. Los mismos que durante años silenciaron la desastrosa gestión deportiva, económica e institucional de Bartomeu son los que ahora exigen que rueden cabezas en el club. Los ‘ismos’ del barcelonismo resurgen tras un breve, brevísimo, periodo de tranquilidad. Lo que ha durado la racha de imbatibilidad del equipo. Los 15 partidos sin perder habían sido un bálsamo que había permitido a Laporta avanzar en su proyecto superando asambleas muy comprometidas y ganando por goleada un referéndum vital para el futuro.

Los críticos no se atrevían a levantar la voz porque el conjunto de Xavi no daba motivos para el desencanto. Al contrario. Inundaba de optimismo a un barcelonismo que iba recuperando, poco a poco, la ilusión después de años de desasosiego y tristeza. Por eso no tengo ninguna duda de que si el Barça hubiera ganado al Eintracht y se hubiera clasificado para las semifinales de la Europa League, el escándalo de las entradas hubiera sido mucho menos escándalo. La grada repleta de alemanes ha sido la excusa para desenterrar el hacha de guerra tras un largo periodo de prudente (¿miedoso?) silencio... El anti-laportismo ha salido de la cueva después de meses de hibernación. 

Con esto no quiero decir que la gestión del ticketing del partido del pasado jueves no tenga que ser investigado. Al contrario. Hay que llegar al fondo del asunto para identificar los errores y los culpables. Laporta ya lo dijo minutos después del encuentro: el desastre no puede quedar impune. Pero de ahí a convertir esta desagradable situación en una crisis hay un trecho. Los enemigos del presidente, agazapados desde su incontestable victoria electoral de hace un año, han salido en tropel y han convertido las redes sociales en su arma arrojadiza.

Descalificar todo el proyecto de Laporta por este error es tan vil como injusto. Sin embargo, el máximo dirigente blaugrana está absolutamente blindado ante estos y otros ataques. Por eso, los que pretenden convertir el partido de esta noche ante el Cádiz en el Camp Nou en un plebiscito se equivocan. Los socios, masivamente, están con el presidente que eligieron por mayoría absolutísima. Aunque una parte del entorno quiera hacernos ver lo contrario.