Ansu Fati salva al Barça con un gol de oro

Ansu marcó y no dejó de intentarlo en el Olímpico de Kíev

Ansu marcó y no dejó de intentarlo en el Olímpico de Kíev / Valentí Enrich

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

La Champions es una competición maldita para el Barça. La más querida. La más deseada. Pero también la más esquiva. la más dolorosa. No ganó su primer título, en la antigua Copa de Europa, hasta 1992. Y aunque en el siglo XXI ha sido campeón en cuatro ocasiones (2006, 2009, 2011 y 2015), ahora lleva seis años de sequía y, lo que es peor, de humillaciones. Siempre he pensado que el Barça no ha sabido (o no ha podido) aprovechar la influencia futbolística de Messi, el mejor jugador de la historia, para imponer su ley en la Champions. Otros clubs con menos talento en sus plantillas, el Madrid sin ir más lejos, se han mostrado mucho más competitivos que los blaugranas. Y es que el Barça, desgraciadamente, no fue capaz de marcar una era en Europa a pesar de tener durante 17 temporadas al crack argentino en sus filas. Ahora, ya sin Messi, todo va a ser aún más difícil.

La inminente llegada de Xavi al banquillo es la esperanza a la que se agarran los culés para soñar con un futuro mejor. Porque si el pasado reciente ha sido decepcionante, el presente resulta frustrante. Este martes, el Barça se jugaba la vida en Kiev. Necesitaba una victoria ante el Dinamo para no quedar eliminado en la fase de grupos (algo que no sucede desde la temporada 2000-01, hace justo veinte años). Y el conjunto que entrena de forma interina Sergi Barjuan logró ese triunfo salvador gracias a un solitario gol de Ansu Fati. Un gol que abre el camino de la esperanza para el conjunto blaugrana en una Champions que se había puesto muy cuesta arriba tras las goleadas sufridas en las dos primeras jornadas (Bayern y Benfica).

No estuvo brillante el Barça en Kiev. Tampoco se esperaba. Pero tuvo más ambición. Más intensidad. Y un poco más de acierto ante la portería rival. Dominó con su juego, pero sufrió con los contraataques del Dinamo. El nivel del conjunto blaugrana sigue estando muy por debajo de un candidato al título. Nadie le pide a este equipo que gane la Champions. Aunque sí que la compita. Y, como mínimo, que se clasifique para los octavos de final. Todavía no lo ha logrado, pero está un poco más cerca gracias a ese tanto del canterano. Mientras se espera la llegada de Xavi (a partir de este jueves todo se acelerará), ganar en Kiev significa un bálsamo para la ansiedad de todos los culés.