El análisis del gran premio

Carlos Sainz pilotando su McLaren en el GP de España

Carlos Sainz pilotando su McLaren en el GP de España / AFP

Xavier Ortuño

Xavier Ortuño

1. Hamilton, suma y sigue

Quinta victoria de la temporada del inglés en siete carreras, la cuarta en Spa, que afianzó sus opciones de conquistar su séptimo título mundial, marca con la que igualaría el legendario récord de Michael Schumacher.

Tras un fin de semana perfecto, sin errores, a los mandos de un coche muy superior a los de la competencia, el británico ha puesto la directa hacia la conquista de un campeonato en el que no hay la más mínima duda de que es el gran favorito para terminar ganándolo.

Con 89 victorias, a dos del récord de Schumacher, está claro que no hay límites ni para Mercedes ni para Hamilton, que a sus 35 años está, probablemente, en el mejor momento de su vida deportiva. Liderando la parrilla tras la enésima pole position, Lewis ha marcado las diferencias en las cinco primeras curvas, donde ha edificado un muro infranqueable con respecto a Bottas, que es el escudero perfecto… siempre está ahí pero nunca causa problemas. Verstappen, como es habitual, el primero tras los Mercedes esperando pescar a río revuelto…

2. ¿Por qué no corrió Carlos Sainz?

No hay nada peor para un piloto que no poder tomar la salida después de protagonizar unos entrenamientos esperanzadores e ilusionantes. Logró clasificarse el éptimo en parrilla y el madrileño tenía depositadas grandes expectativas en un circuito que nunca se le ha dado bien y cuyo mejor resultado fue un décimo en 2017 con Toro Rosso. En un año en el que los resultados no le acompañan, pese a mostrar un gran nivel, se llevó un batacazo en la vuelta de reconocimiento.

Carlos Sainz dejó su hueco en la parrilla porque el equipo detectó un problema en los escapes.

Dio dos vueltas a la pista pasando por boxes al sentir que algo no funcionaba, pero el McLaren se quedó finalmente en boxes.

El fallo se produjo en la unidad de potencia de Renault, que se había estrenado en Barcelona y se manifestó en los escapes. Fue el enésimo problema de Carlos, que ha visto como se le escapaban puntos muy importantes por causas ajenas a su trabajo, ya sea por cuestiones técnicas como por errores del equipo en la gestión.

3. Ferrari, de mal en peor

La Scuderia, que empezó 2019 como gran favorito al título y que solo ganó tres de los 21 grandes premios disputados, terminando en segunda posición el campeonato de constructores, ha tocado fondo y en este 2020 acumula tantos despropósitos que genera muchas dudas para el futuro. Pueden pagar caro utilizar un motor irregular la pasada temporada o un diseño deficiente del monoplaza actual, pero la única evidencia es que son una sombra de sí mismos a la espera de que el próximo domingo se corra en Monza y donde puede acabar ardiendo Troya.

En Spa-Francorchamps vivieron un auténtico calvario. El motivo principal fue que el coche era incapaz de calentar los neumáticos y también que la carga aerodinámica que llevaba hacía que fuera extremadamente lento en recta, viendo como un Alfa Romeo con el mismo motor le pasaba en recta. Un desastre, como la parada en boxes de Leclerc que cogió despistado al equipo. Carlos Sainz, está claro, no va a llegar a la Scuderia en su mejor momento, pero Ferrari siempre es Ferrari y la capacidad para superarse es absoluta.