Opinión

Alemania rompe todos los pronósticos

Alemania - Serbia

Alemania - Serbia / EFE

La gran final lo resume todo. La selección alemana es roca pura. Inasequible al desaliento, nunca baja los brazos, y plagada de jugadores comprometidos que, además, tienen un nivel y cualidad muy elevados. El conjunto serbio nunca se encontró cómodo en la pista. Ni tan siquiera en sus mejores minutos que se mostraron antes del descanso. La dureza y sacrificio defensivo alemán fue minando, poco a poco, la moral de los hombres de Pesic.

Los primeros 20’ minutos fueron un recital de buen básquet por parte de ambos equipos. Las defensas se empleaban a fondo, pero los ataques estaban en racha y los porcentajes de tiro fueron espectaculares. Vimos a un Bogdanovic estelar, imparable, bien secundado por Malinkovic y Petrusev.

Pero la réplica de los alemanes era igual de efectiva. Schroder, Franz, y el mismo Bonga se multiplicaron para no dejar que sus rivales abrieran una brecha demasiado grande en el marcador. El 47-47 al llegar al descanso fue merecido y explica lo visto en la pista. Sin tregua en las transiciones, ni miedo a asumir responsabilidades en ataque. La teórica superioridad serbia había quedado en entredicho.

ACELERÓN ALEMAN

Sin tiempo ni para respirar. El equipo serbio, para cuando se dio cuenta de que había empezado el tercer cuarto, ya iba claramente a remolque en el marcador. Las ganas y la ambición del equipo alemán iban en ascenso minuto a minuto y, por el contrario, el colapso de los de Pesic era incomprensible. Bogdanovic desapareció, buena defensa sobre él, y en el bando alemán resurgieron piezas como Voigtmann o Moritz, que complementaron al omnipresente Schroder.

No pudo Pesic, hizo un sinfín de cambios, encontrar la tecla que rompiera la hegemonía alemana. Un parcial en este tercer periodo de 22-10 parecía que iba a ser la puntilla para el equipo serbio.

No obstante, en los últimos 10' hubo una cierta relajación de los alemanes y los serbios reaccionaron de la mano de un Avramonic que se echó el equipo a sus espaldas y lo hizo absolutamente todo. Hubo momentos en que pareció que Alemania no supo cerrar el partido, algo que sus rivales aprovecharon para dejar el desenlace en un cara o cruz.

Pero, la realidad es tozuda. La selección alemana fue más compacta, jugó más como equipo, y se llevó el Mundial de manera muy merecida.

SCHRODER FUE UNA PESADILLA PARA PESIC

Una garantía para los suyos. Sus 28 puntos, muchos de ellos, en los instantes más calientes del partido dieron la victoria a su equipo. Un jugador bastante anárquico, sin duda, pero capaz de resolver toda una final del Mundial.

LA SELECCIÓN SERBIA NO ESTUVO A LA ALTURA

El tercer cuarto de los jugadores de Pesic fue desastroso. No supieron contemporizar en los momentos de dificultad, se precipitaron, y su capacidad de reacción colectiva no existió. Esperaba más de ellos.